jueves, 26 de mayo de 2016

Mayo colorista (I)

Clarkia amoena

Este mayo ha sido más suave de lo que acostumbraba a ser el quinto mes del año, con días de nubes, alguna lluvia ocasional y vientos de gregal que han producido una situación similar a la vivida el pasado abril, permitiendo mantener las temperaturas todavía por debajo de los 22ºC durante gran parte del mes. Con este buen tiempo no es de extrañar que las plantas sigan floreciendo con un aspecto radiante e inmaculado. Pasemos a ver algunas de las especies que han florecido durante esta segunda mitad del mes:

Leptosiphon androsaceus
No ha sido nada buena esta segunda temporada para las Leptosiphon androsaceus. Después de obtener apenas cuatro ejemplares, sólo dos han florecido durante un breve periodo de tiempo en el contenedor de las anuales, siendo este ejemplar de flores amarillas el último en marchitarse. Al año que viene se hará un nuevo intento, esta vez en maceta y junto a especies que puedan compartir sitio con ellas sin privarlas de luz y espacio para crecer. Eso sí, habrá que vigilarlas de los gorriones, que tienen una marcada tendencia a destrozarlas.

Nemophila maculata
Las Nemophila maculata tardaron en aparecer después de una siembra apartada realizada con el fin de obtener semillas nuevas para conservar la especie durante algunas temporadas más. Al recolectar semillas tanto de ésta como de Nemophila menziesii en sucesivas temporadas, la de color blanco y violeta tuvo menos suerte y fue superada en número. El año pasado, a pesar de aparecer unos tres ejemplares en todo el conjunto, no recolecté las semillas a tiempo y tan sólo recogí el batiburrillo restante colocando una bandeja bajo las matas de plantas, con lo que resulta imposible saber cuáles y cuántas pertenecen a esta especie. En esta ocasión, bastará con cortar las cápsulas a medida que se sequen o bien la planta entera cuando su ciclo llegue a su fin; a pesar de la intención de aislarla, todavía germinaron, por error en la identificación, algunas Nemophila menziesii pequeñas con aspecto de atomaria en la misma maceta. La maculata, por su parte, lleva floreciendo desde el mes pasado y aún parece que podría llegar a junio con las últimas flores abiertas.

Rudbeckia hirta
Regresan a la terraza los grandes capítulos rojiamarillos de las Rudbeckia hirta. Esta compuesta es tremendamente sencilla de cultivar, resistente incluso a breves ausencias de riego, pero necesita algo más de tiempo para desarrollarse y no es del todo buena idea mezclarla con otras anuales. Estuvo dos años en el contenedor, en 2013 porque fue sembrada en plena primavera y se ganó a tiempo su espacio, y en 2014 porque pese a la siembra otoñal, este emplazamiento quedó tan vacío que las plantas no tuvieron problemas de espacio y competencia para desarrollarse. En 2015 no las tuve porque precisamente, los ejemplares puestos en el contenedor acabaron sobrepasados, así que a finales del mismo año las sembré en su propia maceta y el resultado comienza a darse ahora: un grupo de unas tres o cuatro plantas con enormes cabezuelas de unos diez centímetros de diámetro, llamativas y duraderas.

Gaura lindheimeri
Gaura lindheimeri es una planta que siempre me ha llamado la atención y nunca encontraba a buen precio, pero no perdía la esperanza de encontrarla. Al final ha sido en un vivero en la propia Cullera donde he encontrado ejemplares a 2,50€ y me he llevado uno de flores rosadas. Esta onagrácea es conocida por su buena resistencia al calor y sequía y abundantes floraciones. Como en el resto de miembros de la familia, las flores poseen cuátro pétalos, en esta ocasión agrupados en un plano semicircular en la parte superior de la flor. Destacan los ocho largos estambres que sobresalen notablemente de cada flor. He leído que también es atractiva para las abejas, con lo cual habrá que esperar a que se llene de flores para comprobar si es cierto y, de ser así, será una gran adición a la colección.

Iberis umbellata
Otro retorno de una especie a la terraza, aunque éste ha tenido mayor periodo de ausencia, lo conforman unos cuantos ejemplares de Iberis umbellata. En 2013 cultivé unos pocos ejemplares de una variedad enana que casaba muy bien con otras anuales de talla contenida. En esta ocasión di por supuesto que las semillas separadas de una mezcla de flores darían ejemplares idénticos a aquellos, pero cuál ha sido mi sorpresa al comprobar que el más pequeño mide unos 25 cm. de altura y el más grande, más del doble. Los montones de flores de cuatro pétalos, con dos más largos hacia abajo, muestran sus diversas tonalidades de rosa estos días. Tardía y más grande de lo esperado, habrá que estudiar bien dónde colocarlas al año que viene.

Clarkia amoena
Volviendo a las onagráceas, una especie que ya no falta ningún año es la Clarkia amoena. Las plantas crecen muy rectas y altas, con lo que el viento acaba tumbándolas, más teniendo en cuenta que su ritmo algo más lento las deja creciendo cuando muchas de sus vecinas, que otrora le servían de apoyo, ya se han secado. Por más que he intentado enderezarlas y que las flores se abriesen hacia arriba en alineación con el tallo, a poco que me marche el viento, el peso y a saber qué otros factores las acaban volviendo a sacar del sitio, obligándolas a florecer en un plano impredecible. Ello no es obstáculo, por supuesto, para deleitarse con sus grandes flores de tonalidades rosadas.

Vicia villosa
Mayo ha sido el mes en el que se ha revelado la pequeña leguminosa trepadora Vicia villosa. "Pequeña" por el tamaño de sus hojas y flores, pero en el contexto donde ha crecido, entre las anuales del contenedor, la planta no se queda atrás en tamaño. Desde el primer momento las hojas comienzan a emitir zarcillos y aferrarse a otras plantas buscando el mejor sitio para ubicarse. Quizá serían buena compañía para algunos arbustos, ya que las hojas para nada tienen tamaño como para privar de luz a la planta que usan de soporte. Dado que no tengo arbustos de porte mediano-grande en la terraza, quizá lo más adecuado sea usar, en un futuro, la misma malla que coloqué en su día para los Lathyrus, con quien podrían compartir sitio. El futuro de la planta en la terraza espero que sea próspero, pues si tal cantidad de flores se traduce en semillas, habrá para sembrar un buen montón.


Kleinia grantii
Regresan también las flores anaranjadas de pedúnculos glaucos de la Kleinia grantii. No observo, sin embargo, que la planta esté ganando tamaño y tenga posibilidad de producir un montón de capítulos a la vez como he observado en muchas fotografías de la especie en la red. La floración ha coincidido en fechas con la del año pasado aunque por el momento la planta está disfrutando de temperaturas más suaves: en 2015 se abrían las flores justo el mismo día que se dio el peor episodio de calor primaveral de las últimas décadas, con 40ºC un día antes de finalizar la primera quincena y que fue un primer pulso de las altas temperaturas que vendrían después, y que esperemos no se repitan este año.

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