lunes, 2 de mayo de 2016

Amapolas y adormideras

Papaver somniferum
Un grupo de flores conformado por plantas anuales nunca estaría completo si de él no formasen parte una o varias especies de amapolas. Son bonitas, sencillas, resistentes, producen floraciones por lo general prolongadas y además atraen fauna, especialmente abejas. En esta entrada no se hablará muy extensamente sobre ellas, a pesar de haber cultivado hasta ahora seis especies distintas -cinco simultáneamente este año- más las adventicias de la zona que se han colado de vez en cuando; se centrará más bien en las que han estrenado este mes de mayo floreciendo, con un breve resumen de las demás especies que han estado creciendo y floreciendo en la terraza hasta ahora. No son las primeras ni las últimas pero sí tienen, como la mayoría de plantas, una historia que por un motivo u otro las hace especiales.

Cultivar amapolas es de lo más sencillo. Las semillas se siembran sobre la superficie del sustrato, se mantiene la humedad y listo. En las del género Eschscholzia, incluso, se puede aumentar la efectividad pregerminándilas en un recipiente hermético, gracias al tamaño más manejable de sus semillas. Según la especie, tardarán más o menos en florecer: el récord hasta ahora lo tiene la Eschscholzia caespitosa, que planté en octubre y floreció en febrero, pero pronto acabó sepultada por las hojas de otras plantas y acabó desapareciendo. En marzo aparecen más especies: hace dos años lo hicieron las Papaver nudicaule, que no he seguido cultivando por el simple hecho de que las semillas perdieron viabilidad -seguro que no tardo en hacerme con unas frescas- y este año su lugar lo han ocupado las Stylomecon heterophylla, de vivo color naranja y que, aunque florecieron libremente, también creo que les convendría más ser plantadas en macetas donde no se vieran sobrepasadas por otras plantas. Entre abril y mayo de 2015 florecieron las Papaver commutatum, que esta temporada sembré algo más tarde en una maceta tras un nuevo intento fallido en el contenedor y, si no las arrancan del todo los gorriones, todavía tardarán en florecer.

Eschscholzia californica
Pasamos a las amapolas de California, las cuales tuvieron su primer gran éxito en 2015. Algunos de los ejemplares dela presente temporada ni siquiera los sembré, sino que salieron solos a partir de semillas caídas y únicamente tuve que reubicarlos. En el contenedor han tenido un gran éxito desde marzo, más pronto que en la temporada anterior, y ha sido a partir de abril cuando el único ejemplar que prosperó en una maceta ha comenzado a florecer masivamente. No es que la maceta le siente peor, puesto que esta planta en concreto está resistiendo sol y falta de humedad como pocas: el problema es que a veces en este emplazamiento quedan más expuestas y son los pájaros y los caracoles quienes se encargan de arruinarlas. 

Las verdaderas protagonistas de esta entrada son las adormideras, Papaver somniferum. Facilísimas de cultivar como cualquier amapola, además de germinar de manera muy sencilla las semillas guardan la viabilidad durante años. El problema que tengo siempre con ellas es que llegadas a un punto se cubren irremediablemente de oidio que las mata sin dar tregua. En ocasiones anteriores las sembraba tan tarde que morían antes de florecer. Han pasado los años y sigo sin saber por qué ocurre esto, pero puedo adelantarme a los acontecimientos sencillamente sembrándolas pronto, en septiembre. El año pasado me quedé muy en el límite y apenas conseguí ver florecer alguna: el fallo estuvo en plantarlas junto a los alhelíes cuarentenos, que con su crecimiento más rápido les robaron sitio y frenaron su desarrollo. En 2015 las sembré a ellas solas en la misma maceta a fin de conseguir dar con la clave definitiva: salta a la vista que así ha sido.

Papaver somniferum 'Danebrog'
Las semillas que he cultivado los últimos dos años proceden de una mezcla que me regaló una compañera de afición y no tenía ni idea de qué podía salir. El año pasado, con unas flores de tamaño reducido que aún llegaron a dar semillas, pude observar al menos el patrón de colorido, que era como el de la flor que encabeza la entrada. Este es uno de los diseños más comunes para la especie, si bien la coloración original silvestre es de un tono rosado: existen, no obstante, un sinfín de variedades ornamentales. Así, la segunda variedad en abrirse, cuando ya daba por hecho que todas las plantas serían iguales, fue el cultivar de pétalos recortados de color rojo y centro blanco conocido como 'Danebrog', o 'Danish Flag' (bandera danesa), por el parecido con el diseño de la bandera de este país, aunque a mí me recuerda más, con esa cruz blanca sobre el fondo rojo, a la bandera suiza. Conseguidas estas floraciones, el próximo paso es preservar semillas para renovar, que ya toca, puesto que las plantas tienen ya tan mal aspecto que dudo incluso que las flores que quedan asomando se abran. Ya sólo queda volver a repetir un año más, conociendo todos los detalles, para disfrutar de nuevas adormideras a la próxima temporada, a ser posible en mayor cantidad.

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