domingo, 8 de mayo de 2016

Dos americanas por sorpresa

Sisyrhinchium bellum
Pasó todo el mes de abril y después de un arranque de la temporada de bulbos -que suele dar inicio a mediados de invierno- bastante correcta, sobrevino una repentina pausa que ha desembocado en la ausencia de floración de varias especies que deberían haberlo hecho durante ese mes. Ni los Ornithogalum ni los Hyacinthoides se han manifestado, a pesar de contar con hojas que evidenciaban que les iba bien. Por tanto, llegado el mes de mayo, poco cabía esperar que algunas especies tuvieran todavía oportunidad de florecer y parecía que habría que esperar a las que comienzan en este turno de la temporada, como las azucenas.

Las plantas que protagonizan la entrada tienen historias dispares. Unas fueron adquiridas como bulbos hace unos años, la otra fue sembrada desde semilla. Ambas son especies que tienen su origen en los Estados Unidos, por lo que son especies adaptadas a un clima templado como el que tienen en Cullera. 

Calochortus splendens
Primero habría que hablar de las bulbosas: Calochortus. Estas plantas son originarias de las praderas secas del oeste del país norteamericano, donde se las llama "mariposa lily" por su colorido. En mi caso, los bulbos fueron adquiridos en una tienda online holandesa en otoño de 2013. Era un pack de 10, pero con los años han ido desapareciendo. Los regaba poco y todas las veces (2014 y 2015) dieron hojas, pero no flores. Como perdían la parte aérea tan pronto y tengo entendido que quieren sequedad estricta en verano, solía guardarlas dentro de casa. Entre el último verano y este febrero pasado estuvieron guardadas más de la cuenta, pues las perdí -luego resultó que las tenía a la vista todo el tiempo. Cuando las encontré, en febrero, tenían una hoja brotada y las raíces queriendo salir. Aún las planté y funcionaron prácticamente sin problema. Increíblemente y a pesar de ello, es el primer año que han formado flores, aunque sólo se ha abierto una mientras que las otras se han secado o han llegado a romperlas los pájaros. El ejemplar aparecido, de color rosado y blanco, no es de esas especies de bello dibujo y colores llamativos. Se trata, seguramente, de Calochortus splendens. Las flores tienen cuatro pétalos grandes y redondeados y forma de copa, más o menos similares a un tulipán; pertenecen a la misma familia que éstos, aunque ahí termina su parentesco. Curiosamente, sus parientes más cercanos son una especie que también cultivo y tienen un aspecto totalmente distinto: las Tricyrtis.

La segunda es una pequeña iridácea que obtuve de semilla. Se trata de Sisyrhinchium bellum, especie de un género distribuido por prácticamente todo el continente americano. Como algunos iris, es una planta rizomatosa. Me costó muchísimo que alguna semilla germinase, tras dos temporadas de intentos. Al final, una de las puestas en semillero en otoño de 2015 lo hizo y fui cuidando la planta con sumo cuidado. El trato es muy sencillo, igual a prácticamente cualquier herbácea, pues los Sisyrhinchium gustan de tener humedad a menudo. Las hojas son lanceoladas y crecen en rosetas planas como en muchas especies de iridáceas, pero son tan finas que recuerdan a césped. Fue una sorpresa empezar a ver cómo formaba los pedúnculos, que empezaron a dar flores bastante pronto. Éstas son muy pequeñas, de color violeta-azulado y con un dibujo amarillo en el centro. Tienen un aspecto puramente actinomorfo, mucho más simple que especies relacionadas como puedan ser Iris, Trimezia o Tigridia. Duran un par de días, pero la planta las produce continuamente. Espero que la planta crezca vegetativamente y pueda llenar su maceta, puesto que es bastante complicado que consiga algún ejemplar más con las pocas semillas que me quedan ya.

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