lunes, 18 de mayo de 2015

Espuelas de caballero estratosféricas

Consolida ajacis
En ocasiones a las plantas parece ocurrirle como a las personas: sus descendientes acaban superándoles en altura, ganando varios centímetros de más en sólo una generación. En realidad en las plantas no sería justo llamar a esto "descendencia" buscando la similtud con los hijos de una pareja humana, dado que la mayoría de veces estaremos hablando de plantas herbáceas autógamas, es decir, que ellas mismas se fecundan y dan semillas. De ahí que sorprenda tanto el cambio de una generación a otra.

Desde la siembra de 2013, a las espuelas de caballero Consolida ajacis les ha ido bastante bien en la terraza. En aquella misma estación, la primera comenzó a florecer en noviembre y lo hizo de manera ininterrumpida hasta abril. Era un ejemplar compacto (apenas 20 cm.) y muy ramificado. Posteriormente fueron apareciendo varias plantas más, algunas enanizadas y otras mayores, con un tamaño máximo de unos 40-50 cm. para los ejemplares que florecieron entre abril y junio.

El ejemplar más alto
Este otoño sembré voluntariamente algunas semillas de esta especie y aparentemente no obtuve resultados. En cambio, de las plantas mencionadas anteriormente, además de recoger un montón de semillas, muchas de ellas acabaron perdidas en el sustrato y fueron reapareciendo en otoño. Algunas simplemente las dejé donde estaban, con los bulbos de floración primaveral, mientras que unas pocas fueron repicadas al contenedor y finalmente, todavía no entiendo cómo, acabaron lanzándose a perder. Creo que la culpa de haber perdido tantas plantas que iban más o menos bien se debió a la mala decisión de sembrar rúculas en el contenedor, las cuales en poco más de un mes de vida empezaron a tapar los alrededores con sus amplias hojas.

Movido por la curiosidad, seguí cuidando a esas espuelas in situ y ver hasta dónde eran capaces de llegar. Todos los ejemplares han alcanzado o superado el tamaño de las más grandes del año pasado, incluso estando en macetas de apenas 15 cm. de profundidad, mucha menos que en el contenedor. El ejemplar más grande, el de las fotos, ha alcanzado la excepcional cifra de 130 cm. desde la base a sus flores más altas, tanto como la azucena blanca que crece en una maceta vecina. Las plantas prosperan con poca agua, y eso es bueno, dado que las macetas en las que se encuentran están llenas de bulbos descansando a los que les va haciendo falta quedarse totalmente secos. A estas espuelas, que además se encuentran todas ellas acompañadas de acianos, las iré regando menos conforme vayan perdiendo flores, evitando mojar a los bulbos y aprovechando su resistencia, dado que no van a necesitar apenas agua para formar semillas: éstas serán utilizadas a partir de otoño para producir otra generación de estas preciosas y espigadas anuales.

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