jueves, 4 de febrero de 2016

Muscari macrocarpum, mediterráneo exótico

Muscari macrocarpum
Hay un buen montón de especies de Muscari que si algo tienen en común son sin duda sus espigas de flores de forma esférica y un color siempre situado entre el morado y el azul, lo que las hace asemejarse a racimos de uvas. En la terraza florecen desde hace cinco años los Muscari armeniacum, una de las especies más populares en jardinería, y en Cullera podemos encontrar dos especies silvestres: el temprano Muscari neglectum, en herbazales umbrosos de los suelos calizos cercanos al monte, y el estilizado Muscari atlanticum, que saluda al sol a principios de primavera desde las rocas de las zonas altas de la Serra de les Raboses. La especie que ocupa la entrada de hoy tiene, sin embargo, claras diferencias que nos harían pensar que se trata de un pariente algo más alejado de este género.

Flores en sus tres estados
Muscari macrocarpum es una especie mediterránea que habita en una región comprendida entre las islas Cícladas, Creta y el sudoeste de Turquía. Dentro del género Muscari pertenece al grupo Muscarimia, que comparte con Muscari racemosum, especie cuyas flores son más similares a las de los Muscari más comunes. La variedad que solemos encontrar a la venta, y que es la que tengo, es el cultivar denominado 'Golden Fragance'. Éste fue seleccionado en Holanda y no presenta grandes diferencias con la forma silvestre, si bien se trata de una serie de bulbos resistentes a las bajas temperaturas y con buena predisposición a la floración. Esta especie es, en general, una planta que debido a su origen está adaptada a las temperaturas cálidas, motivo que también aumentó mi curiosidad por tenerla. Cualquier bulbosa de aspecto llamativo y sin necesidad de pasar inviernos fríos ni veranos húmedos tiene cabida en mi zona climática.

Bulbo listo para plantar
Sin duda, lo más destacado del Muscari macrocarpum 'Golden Fragance' es su floración. Bastante temprana, a principios de enero ya estaba asomando la primera de las espigas, la del ejemplar más avanzado de las fotos. Aunque este año no vale como referencia fiable, debido al caluroso invierno que tenemos y a ser la primera temporada de las plantas en casa, sí es más que probable que con el tiempo se convierta en el Muscari más temprano. No en vano ha sido capaz de producir hojas y comenzar a desarrollar flores en un tiempo mucho menor que sus parientes los Muscari armeniacum, aunque éstos se han dado tanta prisa que florecieron unos días antes. La primera de las espigas de los macrocarpum estuvo totalmente estirada y abriendo las primeras flores la última semana de enero, Habitualmente en esta especie las flores son moradas antes de abrirse y amarillas al hacerlo, aunque de momento en los ejemplares florecidos pasan del verde al amarillo presentando apenas un ligero tinte morado. El color morado o purpúreo permanece, no obstante, en el reborde de la abertura que presenta cada flor, haciéndose ya patente durante la marchitez. Otra característica llamativa de estas flores es que si las olemos notaremos un aroma similar al de un plátano, aspecto que resulta de lo más curioso.

Aspecto el 27 de enero
Los bulbos del Muscari macrocarpum también merecen atención. A pesar de que la planta no es especialmente grande comparada con sus parientes, el bulbo sí lo es. Es casi tres veces mayor que el de un Muscari armeniacum, prácticamente como el de un narciso pequeño. Emite unas raíces largas y carnosas que le permiten anclarse y recoger la humedad en los suelos secos donde habita. Este aspecto no lo he podido comprobar obviamente por encontrarse oculto, aunque sí me llamó la atención, y se puede ver en la foto, el voluminoso plato basal que posee el bulbo. Lo que todavía no sé es cómo será su tasa de reproducción vegetativa, aunque es presumible que sea, si no similar a sus parientes en cuanto a abundancia, al menos capaz de sacar unos pocos bulbos laterales adicionales a cada temporada. Hay tres ejemplares en una maceta (todos los de la primera foto) y otros dos en una combinación con más bulbos, en principio con espacio suficiente para albergar el hipotético crecimiento.

El mundo del cultivo de bulbosas en el clima y espacio disponible de cada uno es siempre un experimento constante. Muchos fallos, descartes muy a pesar de lo que nos puedan gustar algunas especies y, por supuesto, los satisfactorios aciertos. Espero que el Muscari macrocarpum sea uno de ellos y sus flores con el color y el olor de los plátanos deslumbren con su presencia durante muchas temporadas.

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