Iris reticulata |
Son ya decenas las flores que pueblan la terraza, y cada día que me acerco descubro que hay otra planta a punto de florecer. Aunque todavía es pronto, muchas especies ya se encuentran incluso al final de su época, como los crocus, de los que pronto no quedará nada. En cambio, los narcisos siguen pintando de amarillo el contenedor y otras especies comienzan a asomar, no sin acusar el aumento de temperaturas, como las escilas siberianas, que parecen estar teniendo problemas en emerger con alguna flor entera. Son días también en los que el consumo de agua utilizada para riego va a aumentar exponencialmente, con lo que las reservas de las lluvias invernales se van a agotar pronto y tocará subir algunas decenas de litros traídos de una fuente cercana de la localidad.
Casi todas las vivaces plantadas asoman desde el suelo, algunas tímidamente como el lirio de los valles o la asclepia, y otras se van convirtiendo en matas llamativas como la Dicentra spectabilis o la Astilbe x arendsii, las dos vivaces que llevan mayor ritmo de crecimiento con diferencia. Parece también, no obstante, que he tenido algunas bajas, que debo mirar si puedo reponer ya que ambas son de la oferta de plantas perennes de LIDL y ahora las han vuelto a traer de nuevo, quizá llegue a tiempo.
Oxalis triangularis en flor |
Florecen también los Oxalis triangularis, después de su historia de altibajos con los gorriones. Desde la "poda extrema" que sufrieron hace un mes a manos de los pájaros, se han podido recuperar de manera notable y han llegado incluso a florecer. Resulta curioso ver los movimientos de la planta, y es que las flores se levantan y se abren cuando más sol reciben, mientras que en esos instantes las hojas se pliegan hacia abajo; tan pronto como su ubicación se ensombrece, las flores se cierran y los pedúnculos se doblan, y las hojas despliegan sus colores morados.
Crocus vernus morados |
Lo único que se echa en falta en estos momentos es la presencia de más insectos en la terraza. Apenas alguna mosca y el jueves una mariposa, pero nada que ver con lo que se llega a concentrar en verano y principios del otoño, con multitud de avispas de varias especies, abejas y moscas de las flores. Quizá haga falta eso, más temperatura y más variedad de flores. Las de las compuestas y las martiniáceas en particular suelen atraer a bastantes insectos.
Finalmente, y a modo de "celebración" de la llegada del buen tiempo, he añadido tres adquisiciones a la terraza: una Clematis x jackmanii, una margarita (que todavía tengo que identificar) y una gazania de flores amarillas. Parece que las compuestas se adueñan de la terraza, pues ya son decenas de especies e híbridos los que ocupan su posición en la terraza a la espera de que empiecen a regalar sus flores.
Grupo de narcisos 'Tête-à-tête' |
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