Narciso 'Tête-à-tête' |
Las vivaces van a ritmos dispares marcados por su antigüedad o por el propio ciclo de la planta: muchas han llenado ya sus macetas mientras otras comienzan a asomar tímidamente mientras, por qué no decirlo, tengo que vigilarlas y cubrirlas con rejas para que los pájaros no corten sus primeras e importantes hojas de la temporada.
El gran contenedor de los bulbos comienza a ser lo que se esperaba que fuese: una alfombra llena de hojas de las que van apareciendo flores intermitentemente según el ciclo de las especies que allí se encuentran. A los crocus se han ido uniendo los iris de bajo porte y ahora los narcisos, y parece que asoman nuevas especies de pequeño tamaño como las escilas. Mientras, los bulbos de plantación primaveral no muestran signos de crecimiento -apenas llevan un par de semanas enterrados- si bien las primeras puntas de azucena oriental asoman ya.
Anemone coronaria 'De Caen' |
Entre las flores que muestro hoy, destacan el narciso 'Tête-à-tête', posiblemente la variedad miniatura más popular debido a que suele venderse forzado en maceta, esto es, plantado de cualquier manera en un tiesto pequeño desde enero-febrero. Yo los adquirí como bulbos en septiembre y comienzan a florecer ahora. Son realmente pequeños, y ahí está su encanto, pues no tienen nada que envidiar a sus parientes mayores. Esta variedad parece provenir del Narcissus cyclamineus, un narciso amarillo de grandes trompetas y pétalos revertidos hacia atrás, cruzado con el popular Narcissus tazetta, del que ha heredado la capacidad de sacar dos o más flores por vara. De ahí viene su nombre, que se traduciría por "frente a frente", en alusión a que las flores parecen dos individuos manteniendo una conversación.
Crocus vernus |
Los crocus amarillos, Crocus chrysanthus, han ido dando el relevo a los morados, aparentemente Crocus vernus. Éstos son ahora mayoría aunque todavía les eclipsa en cantidad otra especie, el Crocus tommasinianus. Los últimos Crocus 'Jeanne d'Arc' siguen abriéndose mientras que los primeros que aparecieron yacen sobre el suelo como globos deshinchados. Tras un tiempo perderán sus hojas y comenzarán los procesos que hacen que los cormos se dividan, con lo cual al año que viene debería haber varios y muy apretados.
Aparte de todas estas plantas, hoy me he encontrado con que los Oxalis triangularis, después de sobrevivir a la destroza que les causaron los gorriones y haber recuperado el follaje en un tiempo récord, empiezan a sacar sus primeras flores. El problema es que tendrán que vivir igualmente bajo reja, pues los gorriones les han cogido tal gusto que no puedo dejar una de estas plantas a la intemperie más de un día, a juzgar por lo visto en la segunda maceta donde planté tubérculos de esta especie y que esta semana sacaba su primera hoja, que ya ha sido cortada. De hecho, el peor caso se observa en una maceta en la que planté Oxalis pes-caprae, la especie que invade nuestros campos; encontré tubérculos en la tierra reciclada de algunas macetas y los mantuve por curiosidad. Pues bien, las 3-5 plantas que hay no tienen ni una sola hoja. Los pájaros las picotean con tal avidez que sólo quedan los peciolos. ¿Serán adictos al ácido oxálico? Entre otras destrozas destacables, he tenido que poner reja sobre las Tricyrtis porque los pájaros estaban cortando todas las hojas (hay unos 4 puntos de crecimiento) apenas levantaban un centímetro del suelo; lo mismo para la Astrantia, cuya primera hoja ha sido segada. Al final voy a tener que ingeniarme un espantapájaros.
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