jueves, 10 de enero de 2013

Lupinos a prueba

Inicio de la floración a finales de abril
El lupino, una leguminosa congénere del altramuz que cultivamos como alimento, es una planta ornamental que me llama bastante la atención, aunque parece que mi clima es un hándicap para cultivarlos con éxito. He intentado dos métodos y ambos parecen funcionar bien, pero con limitaciones.

Primero que todo hay que hablar de la planta. El lupino que solemos cultivar como ornamental es el híbrido de Russell, que proviene de una selección de cruzas entre Lupinus polyphyllus, Lupinus arboreus y posiblemente otras especies. Yo probé dos métodos, el esqueje de raíz preparado -de nuevo, de la colección de plantas permanentes de LIDL- y las semillas. Las semillas las tengo desde el otoño pasado, con lo cual todavía tengo plantas pequeñas en crecimiento y no sé cómo irán desarrollándose.

El primer método consistió en adquirir un paquete que contenía tres raíces en turba para plantar cuanto antes. Hice lo mismo que con las aguileñas y sufrieron su misma suerte: puse dos en un contenedor y una en una maceta. La de la maceta brotó primero y tenía hojas tras unos días, pero murió al poco tiempo, quizá por el exceso de calor que secaba muy pronto la tierra. Los otros dos se desarrollaron plenamente, pero no sobrevivieron al verano.

Al conseguir estas plantas por este sistema, pensé que serían vivaces de vida más o menos larga que volvían año tras año. No acabo de encontrar información sobre esto, pero parece ser que la planta tiene una longevidad variable y tanto dura una temporada como vive por varios años. No obstante, los míos seguramente murieron por el exceso de calor, algo que en todos los lados se coincide en apuntar que la planta no lleva demasiado bien.

Hojas brotadas de una raíz tras 25 días
En las fotos que acompañan a la entrada se ilustra la rapidez que ofrece este método. Enterré las raíces el 2 de marzo y para finales de mes ya había plantas con varias hojas de buen tamaño. Sólo hubo que esperar hasta finales de abril para ver cómo se erigían desde el centro de la planta las grandes espigas llenas de flores. Ambas plantas florecieron, con flores de colorido similar, durante los primeros días de mayo. Pensaba que con ello iba a tener un montón de semillas con las que experimentar pero, para mi desilusión, las flores caían tras secarse y no hubo formación de frutos.

Poco tiempo después de la floración las hojas de las plantas comenzaron a secarse. Todavía a principios del verano brotaba alguna hoja pequeña, así que pensé que las plantas seguían bien y quizá hasta estaban echando vástagos. Para finales de verano, aprovechando que iba a clarear algo el contenedor eliminando brotes invasivos de milenrama (Achillea millefolium), aproveché para escarbar un poco en el sitio donde crecían los lupinos. Sólo encontré restos descompuestos de lo que fueron sus raíces. Habían muerto.

Leyendo sobre cómo cultivarlos desde semilla, me propuse hacerme con unas pocas, ya que recordaba que la marca de semillas que venden en los Leroy Merlin los tiene. Así fue, y a principios de octubre tras visitar una de estas tiendas me llevé un sobre. Traté de germinar las semillas con el método del papel de cocina húmedo, para enterrarlas tan pronto como la raíz rompiese la cubierta. Planté varias semillas germinadas y no todas consiguieron emerger, aunque al menos una tuvo éxito y sigue creciendo a día de hoy.

Planta de 4 meses de edad, hoy mismo
Al mismo tiempo que enterré las semillas germinadas, para llenar la maceta, enterré otras tantas semillas directas del sobre. Alguna que otra brotó, aunque finalmente han quedado cuatro, curiosamente espaciadas ocupando los extremos y centro del macetero rectangular donde las tengo. Actualmente presentan buen aspecto; durante un tiempo amarilleaban las hojas, algo que me ocurría en muchas plantas de la terraza. Apliqué quelato de hierro al agua de riego y actualmente parece que el problema se ha solventado.

El aspecto de las hojas, de varios folíolos dispuestos en radio, recuerda a pequeñas palmeritas. Esta forma resulta muy eficiente capturando las gotas de agua, que resbalan por los folíolos hasta el centro de la hoja para posteriormente deslizarse por el pecíolo hasta tierra.

La cuestión ahora es esperar los próximos meses, hasta la llegada de la primavera, para ver cómo se desarrollan estas pequeñas plantas. Según he visto, algunas plantas crecen durante estas fechas y llegan a florecer para la misma primavera, pero tengo mis reservas, así que en principio no espero ver flores de estas plantas al menos este año. Si veo la oportunidad, volveré a adquirir raíces esta primavera para tener un segundo "foco" de lupinos que me asegure plantas adultas para este año. Eso sí, habrá que racionarles el sol y darles mayor humedad de cara a su conservación más allá del verano.

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