domingo, 6 de marzo de 2016

Maravillas de Sudáfrica

Arctotis fastuosa
Al igual que ocurre con la mayoría de plantas que hemos cultivado a lo largo de siglos para procurarnos alimento, las flores ornamentales que han llegado a nuestros jardines, a pesar de su origen enormemente variado, suelen concentrarse también en algunas regiones privilegiadas que ofrecen una gran riqueza botánica. Los llanos de California, las montañas de China, las pampas de Argentina y Chile o la región iranoturánica son algunos ejemplos de ello. Tras siglos de expediciones, muchas de estas plantas llegaron a Europa, especialmente a Gran Bretaña y a los Países Bajos, y no sólo comenzaron a hacerse conocidas entre el gran público -pasando antes por ser, en muchas ocasiones, productos de lujo para los pudientes- sino que fueron objeto de multitud de selecciones e hibridaciones que dieron como resultado las miles de variedades que hoy conocemos.

Lampranthus aureus
Una de estas regiones mágicas es Sudáfrica. Seguramente, todos los que cultivamos plantas ornamentales, por pocas que sean, tendremos algún ejemplar cuyo origen se encuentra en esta región. Es más, dada la similitud del clima sudafricano con el ibérico, decenas de especies ornamentales que estamos acostumbrados a ver en balcones, parques y jardines forman parte de la flora sudafricana o bien descienden, en forma de híbridos, de especies originarias de este país. Los pelargonios, una gran mayoría de crasas, aloes, margaritas de El Cabo, plumbagos, agapantos, calas y multitud de bulbosas son ejemplo de ello. De hecho, y por desgracia, incluso muchas especies de la región se han adaptado tan bien que se han convertido en invasoras, como la Carpobrotus edulis o el Oxalis pes-caprae, entre otros.

No es de extrañar, por tanto, que un gran porcentaje de plantas que tengo o he tenido provengan de la región sudafricana. A continuación enumero una lista de especies que ya han ido apareciendo en el blog desde su creación, lo que da una idea de la gran riqueza que aporta al mundo de la jardinería este lugar del mundo:

Chaenostoma cordatum - Crassula muscosa - Dimorphotheca sinuata - Dorotheanthus bellidiformis - Felicia amelloides - Freesia híbrida - Freesia laxa - Gazania rigens - Gerbera híbrida - Gladiolus híbridos enanos - Ixia híbrida - Lobelia erinus - Ornithogalum dubium - Oscularia deltoides - Osteospermum sp. - Oxalis bowiei - Oxalis depressa - Oxalis pes-caprae

Euphorbia aeruginosa
A todas ellas habría que sumar una gran cantidad de especies que hace tiempo que cultivo, pero nunca he conseguido ver florecer. En la mayoría de casos se trata de bulbos que pueden incluso pudrirse al final de la primavera sin dar más resultados; otros, sin embargo, ven pasar temporada tras temporada y, a pesar de que crecen bien, no dan flores. En esta tesitura se encuentran por ejemplo unos Agapanthus, Kniphofia y Nerine que tengo desde la primavera de 2014 y no han tenido nunca mal aspecto, pero no florecen. De hecho, ahora mismo todas ellas se encuentran con sus hojas verdes y sanas, al igual que el invierno pasado.

Nemesia strumosa 'Carnival'
En esta serie de entradas, cuya duración dependerá de la sucesión de floraciones y el éxito con las plantas, la intención es ir mostrando aquellas especies de origen sudafricano que van floreciendo en la terraza, tanto las nuevas como las ya conocidas. Al ser plantas que se adaptan perfectamente a nuestro clima, prácticamente en todas las épocas se puede encontrar alguna floreciendo, si bien el periodo más intenso va desde mediados de invierno hasta principios de verano. Las especies anuales se siembran de cara al otoño y se benefician de las lluvias, situación que también encuentran sus parientes silvestres en su zona de origen y que suele producir gigantescas explosiones de color en los prados de Namaqualand y regiones aledañas. Por su parte, en las regiones más secas crecen especies adaptadas a la falta de agua, contando entre sus miembos a multitud de especies de las familias Aizoaceae, Crassulaceae y especies adaptadas de las Asteraceae y Euphorbiaceae, entre otras. El número de bulbosas sudafricanas es, a todas luces, apabullante. La familia con mayor representación es la de las iridáceas, a la que pertenecen especies como los gladiolos, Freesia, Ixia, Sparaxis, Crocosmia o Chasmanthe, entre otras. Hay, eso sí, especies muy conocidas y fáciles de encontrar y otras que, en cambio, prácticamente no se encuentran en tiendas o si lo están, su precio es elevado.

Nemesia strumosa
Siguiendo un orden cronológico, la primera sudafricana en florecer esta temporada fue la Dimorphotheca sinuata. Diversos ejemplares se fueron sucediendo desde los últimos días de diciembre y en la actualidad todavía continúan floreciendo. A finales de enero traje unas cuantas plantas nuevas de vivero y entre ellas se encontraba una pariente cercana de las anteriores, una Osteospermum -a estas alturas no tengo claro si es ecklonis, fruticosum o un cruce de ambas- de capítulos blancos con el disco central morado, una coloración de las más frecuentes que encontramos y que sin embargo considero de gran belleza. La acompañaba otra novedad sudafricana: Lampranthus aureus. Se trata de una aizoácea perenne, de tallos rastreros y grandes flores naranja que se abren cuando el sol lleva un rato incidiendo sobre ellas, como hacen sus parientes las Dorotheanthus bellidiformis, también en flor estos días. La planta se asemeja a una Carpobrotus, con hojas pares de sección triangular, aunque de mucho menor tamaño. La planta llena de flores abiertas al sol del mediodía, con su luminoso color naranja, es un espectáculo digno de ver.

Dorotheanthus bellidiformis
Durante los primeros días de febrero le tocó el turno a otra asterácea anual: Arctotis fastuosa. Anteriormente conocida como Venidium fastuosum, y cuyo nombre común es "monarca del Veldt", esta compuesta de grandes capítulos se me ha resistido durante un tiempo. Las semillas son bastante fáciles de encontrar, pero hasta ahora nunca he tenido suerte en cuanto a porcentaje de germinación se refiere. De hecho, las primeras que compré, de la variedad naranja, antes perdieron viabilidad que conseguí germinar alguna tras el primer intento -con plántulas que murieron en pocos días- el verano que las compré. Posteriormente compré semillas que contienen tanto la variedad naranja como la blanca. De ellas obtuve dos ejemplares, y un nuevo intento de sembrar unos pocos más para primavera de momento ha resultado en sólo una semilla germinada que se acabó secando. Se trata no obstante de una planta que como otras anuales sudafricanas germina naturalmente durante las lluvias otoñales, floreciendo a los pocos meses. No tienen, mis ejemplares al menos, un porte demasiado grande; las hojas son muy lobuladas y la planta entera, de color verde claro, está cubierta de pelusa blanca. La floración es, sin duda, espectacular. Existen, como se ha mencionado, dos tipos principales de coloración: la anaranjada y la blanca, en ambos casos con la base de las lígulas manchada de naranja cerca del centro de la cabezuela y seguida de otra mancha de color púrpura con estrías. En las de lígulas blancas el contraste es obviamente mayor, que se suma al tono casi negro del disco de flores central, coronado por estambres blanquecinos. Los capítulos tienen un diámetro notable, unos 6-8 cm., y reaccionan a la luz solar abriéndose más o menos. A pesar de su parecido con las margaritas convencionales, esta compuesta tiene mayor relación con las achicorias, lechugas y dientes de león -subfamilia Cichorioideae-, compartiendo características y tribu taxonómica con Gazania, otra sudafricana que ha desarrollado capítulos similares a margaritas de manera paralela a las especies de la subfamilia Asteroideae.

Lampranthus aureus
Con febrero comenzó también la floración más variada de una especie sudafricana en la terraza: Nemesia strumosa, perteneciente al cultivar multicolor 'Carnival'. Es una de las anuales que he plantado en mayor densidad y su aspecto dista mucho de lo que pensaba que sería en un principio. Habiendo visto fotos en la red donde aparece incluso como planta colgante, la especie tiene un porte que se asemeja a una mezcla entre Zinnia y Anthirrinum. Se trata, no obstante, de un tipo de escrofulariácea relacionada con otras plantas apreciadas por su valor ornamental como Alonsoa o la también sudafricana Diascia. Existen formas cuya corola es bilabiada y cerrada como la de los antirrinos y otras, como el caso de las que tengo, con  forma de embudo. Las plantas que en principio pensaba que crecerían postradas se erigen totalmente rectas a casi 40 cm. de altura, con grandes hojas lanceoladas y opuestas, de margen variablemente dentado. Aunque los distintos cultivares de la especie son capaces de presentarse en cualquier color, las 'Carnival' se encuentran dentro de la gama de colores cálidos. En mi caso, predominan las de color amarillo intenso -que con el tiempo se acaba volviendo naranja-, seguidas de otras de color entre anaranjado y magenta y, en estos últimos días, comienzan a verse algunas con tonalidades blancas. Las flores tienen un tamaño bastante apreciable, unos 3 cm., y todavía destacan más al ir abriéndose una detrás de otra en una inflorescencia corimbosa que cada vez está más llena. Casi un mes ha pasado hasta que he empezado a ver flores ya caídas en el suelo. Debido a la confusión con su tamaño, las puse cerca del frontal del contenedor de anuales y ahora sobresalen más de la cuenta. En futuras ocasiones creo que será más adecuado colocarlas en macetas combinadas entre sí, donde destacarán igual de bien y no tendrán problemas de espacio con otras plantas.

Arctotis fastuosa, vista lateral
Finalmente, una de las sudafricanas que ha tenido un proceso de floración más largo y que todavía hoy sigue a pleno rendimiento, sin mostar sigos de decadecia ha sido la pinchuda Euphorbia aeruginosa. Dentro del género Euphorbia encontramos no sólo centenares de especies (cerca de 2.000), sino formas que pueden ir desde pequeñas hierbas tiernas a plantas con porte arbóreo. Existen también especies que constituyen un claro ejemplo de evolución convergente, con aspectos prácticamente idénticos a los cactus: esféricas, columnares, rastreras... Euphorbia aeruginosa tiene un aspecto perfectamente confundible con un cactus con ramificaciones verticales llenas de largas y rectas espinas. En un vistazo más cercano descubrimos que la estructura de las espinas no tiene nada que ver con la de aquéllos. Llegados a la floración salimos totalmente de dudas, pues las flores, en lugar de las grandes actinomorfas de los cactus, se limitan a los pequeños ciatos, inflorescencias con aspecto de pequeña flor que en realidad contienen una flor femenina y varias masculinas. De hecho, las flores comenzaron a formarse en enero, se han pasado todo febrero abiertas y todavía ahora en marzo han comenzado a sacar los estambres. La planta tiene una llamativa coloración glauca con las espinas de color marrón rojizo, no parece crecer demasiado deprisa y se conforma con muy poca agua.

Nemesia strumosa
Con marzo recién estrenado, la conquista de la terraza por parte de las plantas sudafricanas no ha hecho más que empezar. Algunas seguirán haciéndose de rogar, pero lo cierto es que siendo plantas tan tempranas, a estas alturas del año, aún con la primavera por llegar, suelen tomar la delantera respecto a otras plantas de distintas regiones. Es más, ha costado bastante decidir cuándo se podría escribir esta primera entrada dedicada a las plantas de esta región porque cada pocos días una especie más suma sus flores al conjunto vegetal de la terraza. De momento, y con un adelanto ya visto en el vídeo de la entrada anterior, dejamos aquí esta primera parte que no tardará en ser secundada por la siguiente entrega, con muchas más flores que mostrar.

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