viernes, 26 de abril de 2013

De anémonas y ranúnculos

Anémona 'De Caen' roja
Este año parece que he acertado a hacer las cosas bien con las ranunculáceas, al menos con las más populares que se venden en la misma época y formato que los bulbos. Así, mientras en 2012 a estas alturas ya me había despedido de las únicas dos plantas de anémona 'De Caen' que florecieron - y que sigo teniendo, pero cuyas flores blancas y lilas no he visto- este año las anémonas y los ranúnculos siguen en pleno esplendor y parece que todavía les quedan unas semanas para seguir dando lo mejor de sí.

Tengo, como digo, al menos un par de tubérculos que sobrevivieron de otoño de 2011 y que florecieron a principios de 2012. Ese año adquirí en primavera unos pocos ranúnculos y unas Anemone coronaria 'St. Brigid' de un supermercado Schlecker, cadena alemana que parece que se va a pique y que de momento esta primavera ya no ha traído ni bulbos ni plantas, cuando tiene algunas especies interesantes (aunque quizá más en otoño). Estas plantas de primavera tuvieron hojas hasta mediados de verano y su máximo logro fue una flor blanca de una anémona, la cual debe ser alguna de las que han florecido en ese color esta semana.

Anémona 'St. Brigid' violeta
En verano, en una visita a un Leroy Merlin, me llevé una bolsa de Anemone coronaria 'De Caen' que tenían rebajada, que vendría a ser de lo que trajeron a finales de ese invierno. En otoño repetí con las 'De Caen' de la misma colección que las de 2011, "Holland Selection", de LIDL, así como un paquete de Anemone blanda que no llegaron a tener ni siquiera un comienzo. A su vez, amplié el plantel de ranúnculos con un par de bolsitas de las de los supermercados Alcampo, que vienen 10 raíces por 0,99€. Planté a mediados de invierno, pero a lo visto no fue demasiado tarde, pues en febrero ya tenía un buen montón de hojas.

Como digo, las Anemone blanda protagonizaron una de las decepciones más sonadas. No entiendo qué pudo pasar, pues las traté igual que al resto de parientes: un remojón previo al plantado, y enterrar. Sus tubérculos son igualmente secos y arrugados como piedrecillas, pero negros y ovalados en lugar de marrones e irregulares. También fracasaron unos Eranthis hyemalis, pero luego me informé que estas plantas suelen perder efectividad si no se plantan de inmediato (estuvieron 3 meses almacenados). Quizá vuelva a probar este año, pues no salieron muy caros (lo mismo que los ranúnculos de Alcampo).

Ranúnculo naranja brillante
Planté en una maceta larga todas las anémonas 'De Caen' nuevas (unas 40), ranúnculos nuevos (20) y las mencionadas A. blanda, otras 20, que ni tan siquiera asomaron. Su pequeño hueco ya está cubierto de hojas y ahí se quedará a merced de lo que puedan crecer el resto de plantas de la maceta. Las anémonas 'St. Brigid' las puse en una maceta con los Eranthis, con lo cual hay media maceta vacía que ya rellenaré con algo algún día, y con ellas las 'De Caen' de 2011. En otra maceta más pequeña, puse los ranúnculos de primavera de 2012. Parte de estas últimas plantas mencionadas tuvieron que ser trasplantadas, ya con hojas, desde el contenedor donde fueron plantadas al principio y que había que remover.

Fue a partir de finales de marzo cuando comenzó a desarrollarse la floración conjunta. Algunas anémonas ya habían florecido antes, pero los ranúnculos salieron por delante de las anémonas más nuevas. Se trataba de unos ejemplares que el verano pasado no consiguieron abrir ni una flor de las que brotaron y que hasta ahora han abierto todas, aunque sólo han salido dos amarillas y el resto anaranjadas. No sé si quieren más sol, pero los tallos salen muy alargados y las flores se doblan por su peso. Precisamente los retiré del sol para evitar secamientos y quemaduras, aunque quizá habrá que buscarles mayor exposición.

Anémona 'St. Brigid' blanca
Las anémonas 'De Caen' como se indica venian en dos "Mix" de distintas marcas, pero está visto que en ninguna de ellas se esmeran por la variedad. Ya no recuerdo de ambas mezclas cuál es cuál (hay uno a cada extremo de la maceta, con los ranúnculos separándolas), pero a un lado sólo salen flores de color violeta-azulado y al otro, lo mismo además de rojas con el centro blanco. Ni rosa, ni blanco, al menos de momento. Por lo menos ya no es sólo un color. Las flores son bastante grandes aunque rara vez forman una "rueda" perfecta. Estos últimos días estoy viendo algunos pulgones verdes reunidos en los pétalos pero no parecen estar causando daño alguno.

Finalmente, las últimas en comenzar a florecer han sido las anémonas 'St. Brigid'. Se diferencian de las 'De Caen', de su misma especie, en que son de pétalos dobles. Este año han salido primero unas de color violeta  con pétalos delgados y muy apretados, grandes y perfectamente circulares, y finalmente han aparecido de nuevo las blancas, con pétalos más anchos e irregulares. Además, los ejemplares de este año parecen totalmente faltos de pigmento, con el centro verde y los estambres amarillo pálido; el del año pasado tenía el centro azul con estambres amarillentos, como las flores normales. Sólo faltaría por aparecer en la combinación algún ejemplar puramente rosado.

Ranúnculo anaranjado
Plantar las anémonas y ranúnculos es sencillo, aunque requieren un trato ligeramente distinto a los bulbos junto a los que se venden, pues no lo son. Las anémonas tienen tubérculos y los ranúnculos, raíces tuberosas similares a las de las dalias pero a pequeña escala y de estructura distinta. Mucha gente llama coloquialmente a éstas últimas "garras", por su aspecto similar tanto a unas pequeñas garras de animal como a las garras de los espárragos, raíces engrosadas que pueden deshidratarse y reactivarse sumergiéndolas durante un instante. De hecho, basta con meter las negras y secas raíces unos minutos en agua para ver como adquieren una textura esponjosa de color pardo.

En casi todos los lados se apunta a que hay que sumergir en agua tanto a anémonas como ranúnculos durante 24 horas antes de plantar. Considero que, una vez más, en Internet la gente se dedica a copiar de un lado y de otro sin pararse a probar o pensar. Si tenemos "buceando" durante un día entero a estas plantas en las épocas frescas en las que se plantan, más el agua para asentar la tierra, más lo que pueda llover... posiblemente estemos abriendo una puerta bien grande a la pudrición, los hongos y demás desgracias. Tanto yo como mucha otra gente coincidimos en que basta con remojarlas apenas unos minutos antes de enterrarlas o incluso plantarlas secas y simplemente que se mojen con el primer riego para asentar la tierra. Así me han funcionado todas las veces, incluso con aquellos tubérculos adquiridos en verano en Leroy Merlin que, atendiendo a la época que suelen traerlas (sobre febrero), debieron pasar casi un año entero en una bolsa.

Anémona 'De Caen' azulada
Tardan pocas semanas en brotar y durante el invierno se conforman con pocos riegos, pero en verano, al menos en mi clima, he de regarlas como cualquier otra vivaz tierna, pues tan pronto como acusan el calor y la falta de humedad se vienen abajo. Son un buen ejemplo de planta vivaz -aunque popularmente se las considere "bulbosas"- dado que se trata de plantas perennes que pueden permitirse perder toda su parte aérea y aletargarse bajo tierra gracias a sus órganos de reserva. Muchas otras ranunculáceas, como las aguileñas, espuelas o acónitos, también cuentan con órganos de reserva. Otras, como la arañuela y el adonis, son esencialmente anuales.

Este año las he colocado en una ubicación con menos horas de sol -aunque de aquí a verano aumentará algo más la exposición- junto con sus parientes las aguileñas y los distintos Oxalis, así como algunas margaritas. La idea es prolongar al máximo su floración, aprovechando que este año van bien y que esta primavera está teniendo episodios de bajadas de temperaturas que suavizan el ambiente de vez en cuando. Lo normal sería que desaparecieran a mediados de verano y volvieran tras las lluvias de otoño.

Tenemos pues unas plantas fáciles de conseguir y propagar y que con un mínimo esfuerzo darán un vibrante toque de color a cualquier rincón e incluso nos darán una pequeña tregua cuando se encuentren en letargo, volviendo no muy tarde para ser de las primeras del año en iluminar nuestras colecciones.

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