lunes, 12 de mayo de 2014

Isotoma axillaris, la estrella australiana

Isotoma axillaris
De vez en cuando es agradable descubrir pequeñas plantas que, sin mucho esfuerzo, pueden sacarse adelante y alegrar nuestras composiciones florales de manera espectacular. Es el caso de la peculiar planta que protagoniza esta entrada, sencillísima desde semilla y fácil de cuidar.

Isotoma axillaris es una pariente de las lobelias, y como tal forma parte de la subfamilia Lobelioideae dentro de las campanuláceas. Como se especifica en el título, procede de Australia oriental. Aún es ocasionalmente conocida por sus sinónimos Laurentia o Solenopsis, mientras que su nombre vernáculo es "blue star creeper", esto es, "estrella azul rastrera". Esto hace referencia al evidente aspecto estrellado de sus flores, aunque lo de "azul" es un poco subjetivo.

Forma clásica estrellada
Se trata de una pequeña planta rastrera y perenne, no leñosa, que tiene su hábitat original en roquedos y suelos secos. Es moderadamente resistente a la sequía y en invierno gasté poca agua con ella, porque los riegos continuados empiezan a ponerla amarilla. Sin embargo y debido a que la cultivo en una maceta no demasiado grande y un sustrato muy drenante, cuando empezó a apretar el calor ya tuve que comenzar a tratarla como a cualquier otra herbácea.

Obtuve la planta en forma de semillas en un intercambio. También se reproduce con facilidad por esquejes, pero la siembre es tan sencilla y exitosa que este método es plenamente satisfactorio. Las semillas son muy pequeñas, como las de sus parientes las lobelias, y crecieron bastante despacio durante sus primeros pasos, aunque teniendo en cuenta que las sembré a principios de noviembre quizá no fue más que una consecuencia de las temperaturas e insolación menos intensas de esos días.

Azulada y recurvada
Finalmente, y aunque sus rosetas de hojas todavía son bastante pequeñas, entre finales de abril y principios de este mes comenzaron a sucederse las floraciones. Las flores tienen un llamativo aspecto estrellado, con una colora fusionada en un largo tubo y rematada por cinco lóbulos estrechos y puntiagudos que, si bien tienen una tonalidad azulada, realmente son de un tono casi lila y en ocasiones pueden salir rosadas, como se ve en las fotos, o prácticamente blancas. Además, aunque su aspecto típico tiene una simetría radial más patente, hay flores que aparecen con los pétalos recurvados en distintas posiciones. Esto no se debe a que todavía estén desplegándose pues muchas de ellas tienen ya un par de semanas y permanecen en este estado.

En el centro hay una mancha amarilla y una estructura en forma de pico curvo que contiene los estambres y que ya había visto antes en la terraza: es idéntica a la de las flores de la Lobelia siphilitica. Las de la Isotoma son más grandes, pues tienen un diámetro aproximado de unos 3 cm. Todavía no sé cómo serán los frutos y si resultará fácil pillarlos a tiempo antes de que esparzan sus semillas, las cuales quiero guardar para seguir sembrando esta planta que parece ideal para cualquier maceta baja o como acompañante que cubra huecos: creo que gracias a su tolerancia a la baja humedad, podría combinarla incluso con bulbosas.
Rosada y  más recurvada

El aspecto general de la planta también es de los que más me llaman la atención. Las hojas se disponen en rosetas rastreras, las cuales se pueden propagar por estolones aunque mis plantas no lo han hecho todavía por ser quizá muy jóvenes aún; las hojas son lanceoladas y con los bordes ampliamente dentados. Cada roseta ocupa poco sitio y sólo se hace expansiva a base de la propagación vegetativa, pues las hojas son muy pequeñas. Las flores se disponen sobre largos pedúnculos y parece que cada vez hay más y más que permanecen abiertas durante algunas semanas -todavía no he visto secarse ninguna en estos 10 días.

En resumen, una de esas plantas tan sencillas y a la vez tan bonitas que mis deseos de propagarla y expandirla por todos los rincones donde sea posible son bien firmes.

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