miércoles, 15 de marzo de 2017

Colores de Sudáfrica

Sparaxis tricolor
Las plantas de origen sudafricano que cultivamos como ornamentales son tantas y tan variadas que es bastante fácil que, incluso quien tan sólo tiene unas pocas macetas en su ventana o balcón, cuente entre su pequeña colección con alguna especie procedente de este país. La inmensa mayoría de suculentas, los pelargonios, los gladiolos, las gerberas y otras tantas bulbosas y anuales crecen de manera natural en los variados ecosistemas sudafricanos, y bien en su forma original o como híbridos creados pacientemente en cultivo forman parte de nuestras vidas. El año pasado ya dediqué un par de entradas a plantas con este origen, y aunque hay otras zonas geográficas que reúnen grandes cantidades de especies que cultivo usualmente, como podrían ser México, el Cono Sur o China, lo cierto es que sería complicado hacer una entrada temática de golpe ya que una de las particularidades de las plantas de Sudáfrica es que la inmensa mayoría florecen de manera simultánea entre febrero y abril, quedando aparte unas cuantas especies repartidas por el resto del calendario.

Ursinia anthemoides
En este primer acercamiento de 2017 a las plantas sudafricanas hay pocas novedades respecto al año pasado, pero eso sí, sienta bien comprobar cómo algunas plantas repiten floración igual o mejor que en la temporada anterior. Aparte del prematuro inicio de perennes como Felicia amelloides u Osteospermum, la delantera la tomaron las anuales. Como ya viene siendo costumbre, el pistoletazo de salida lo dan las Dimorphotheca sinuata, que empiezan en enero. Este año la siguiente fue la Heliophila coronopifolia, una crucífera de flores azuladas que ha tenido un desarrollo bastante breve, algo que parece lógico viendo el pequeño tamaño de las plantas, que ya están formando semillas. No obstante, como se ve de fondo en algunas fotos, todavía aparecen varias flores sueltas y desconozco si las plantas tendrán capacidad para reflorecer. En similares fechas se abrían las viejas conocidas Dorotheanthus bellidiformis, de las cuales nunca me parece que tengo suficientes y como mejor lucen es sembrando sin miramiento en una superficie amplia, pues ya se encargan ellas de mezclarse en multitud de colores. Aún así, es de esas especies que se han dispersado tantas semillas con los años que todas las primaveras aparecen varias de manera inesperada. También repiten las imponentes Arctotis fastuosa, obtenidas precisamente de semillas del año anterior, y las Felicia heterophylla, que este año han florecido antes y parece que se desarrollan bastante mejor.

Freesia híbrida roja
Como primera novedad tenemos a la Ursinia anthemoides. Ésta es una de esas plantas que si no he tenido antes ha sido por pura mala suerte. Estuve sembrando de un mismo paquete de semillas desde 2013 hasta que perdieron viabilidad; posteriormente conseguí unas pocas que venían en una mezcla de semillas que me regalaron. A pesar de conseguir germinar varias, sucesivos errores acabaron con ellas: básicamente, se trata de una anual tan fácil como cualquiera pero es de esas plantas que no tienen un ritmo de crecimiento muy rápido al principio de su vida. La mayoría de veces perdí las plantas por querer mezclarlas con otras mayores o por sembrarlas fuera del otoño. Esta vez las saqué adelante en una maceta con otras especies mencionadas en esta entrada, primero en invernadero y luego sin preocuparme mucho de dejarlas al exterior, pues los caracoles ni las tocaron: sólo había que tener cuidado con los pájaros, que este año por el momento se están comportando. Se trata de unas caléndulas similares a las Dimorphotheca aunque con un follaje muy fino, similar al de los eneldos. Crecen más verticales que aquéllas y las cabezuelas aparecen sobre largos y finos pedúnculos. En principio la especie es correcta, aunque posiblemente la variedad cultivada, llamada 'Solar Fire', pertenezca a la subespecie versicolor; la anthemoides nominal tiene cabezuelas totalmente amarillas. Desde que vi asomar las futuras flores hasta que se abrieron las primeras pasó más de un mes, aunque como era de esperar en pocos días las diversas plantas han florecido de golpe. El anillo púrpura que forman sus lígulas alrededor del disco floral es más intenso que en las Dimorphotheca. Es una especie que espero cultivar durante mucho tiempo, pero la primera conclusión que he obtenido es que es más alta de lo que esperaba y habría que buscarle unas compañeras de su talla, quizá las Nemesia strumosa.

Arctotis fastuosa
Pasamos ya a las bulbosas y ponemos la mirada en las Freesia. Este año las híbridas toman la delantera y los ejemplares de flores rojas y blancas producen espigas muy cargadas, tanto que ya se han tumbado por su propio peso. No han aparecido flores rosa como el año pasado, pero podrían aparecer más adelante. La que ha resultado una sorpresa es la Sparaxis tricolor de color rojo que ha aparecido entre ellas, siendo la primera vez que consigo no sólo que florezcan bien, sino que se adapten a un ciclo estacional más acorde. De hecho, este año he vuelto a comprar y la idea es plantarlas antes de que acabe este mes para repetir la táctica seguida con las Freesia híbridas. Como estas plantas deberían estar plantadas desde otoño en nuestro clima, pero vienen de cultivos holandeses y por tanto se venden en pleno marzo, hay que plantar y esperar que sean capaces de crecer un poco antes de volver a aletargarse en verano. Si rebrotan con las lluvias de otoño, lo más probable es que ya funcionen bien a partir de entonces. Por su parte, las pequeñas Freesia laxa este año parece que, como ocurriera en 2015, florecerán en la segunda quincena de marzo. Las espigas de flores empezaron a aparecer hace unos días y crecen deprisa.

Felicia heterophylla
A pesar de que el intento por cultivar diversos bulbos sudafricanos juntos fue un fracaso importante, todavía quedan varias especies repartidas por la terraza a las que nunca habría que dar por perdidas. Las Crocosmia 'Lucifer', una de esas plantas que he tenido varias veces y no consigo más que hojas y cormos que no llegan vivos al año siguiente, siguen creciendo en una maceta en la que empezaron a brotar en otoño. Su aspecto no es muy esperanzador pero estaría bien si fueran capaces de sacar sus primeras flores, pues no parece ser difícil. O sí: las Nerine bowdenii, de floración otoñal, llevan tres años sacando hojas puntualmente cada otoño, perdiéndolas en verano y vuelta a empezar. Comentándolo con otros cultivadores, parece que es un problema bastante común: las plantas viven durante años, multiplicándose incluso, pero las flores nunca llegan, No obstante no pierdo la esperanza y espero que algún otoño me sorprendan. Lo mismo para Amaryllis belladonna, uno de los bulbos sudafricanos más populares y que comparte con la Nerine su particular calendario, esto es, flores en otoño y crecimiento de otoño a verano. El ejemplar fue plantado en febrero de 2016 y como se ha comentado para otras especies, al venir de un vivero holandés tuvo que pasar esa primera primavera con un ciclo "interrumpido": afortunadamente, llegó el otoño y su crecimiento se disparó.

Lampranthus aureus
Las suculentas parece que se lo toman con más calma. Con una ampliación significativa en la variedad de especies obtenida en su mayoría a partir de esquejes, las primeras en florecer son las mismas del año pasado: la aizoácea Lampranthus aureus, de vivas flores naranja, y la espinosa Euphorbia aeruginosa, que curiosamente esta temporada concentra todas sus flores en el lado de la planta que apunta al este, en lugar de un reparto homogéneo como el año anterior. Empieza a florecer también una Aloe humilis que encontré recientemente en un supermercado y me llamó la atención precisamente porque venía con flores creciendo. Posteriormente fui encontrando información sobre ella y descubrí que es una especie de pequeño porte y bastante florífera, con lo cual constituirá una gran adición a la colección. Es de suponer pues que, a lo largo de la primavera, distintas suculentas irán engalanando los rincones de la terraza donde se encuentran: especies como la Oscularia deltoides suelen tener un periodo de floración algo más tardío, produciendo flores entre abril y mayo, con lo cual las siguientes semanas parecen ser aptas para que estas plantas demuestren de qué son capaces.

Freesia híbrida blanca
Algunas especies no han podido llegar a buen puerto por un motivo u otro. Por ejemplo, las semillas de las recargadas Nemesia strumosa 'Carnival' no quisieron germinar en ninguno de los varios intentos hasta que, totalmente fuera de tiempo, se me ocurrió sembrar las que recogí de mis plantas de 2016: éstas sí funcionaron. Sólo obtuve tres o cuatro plantas pequeñas que todavía no pasan de dos centímetros y he pasado recientemente a maceta. Aparte, durante el otoño adquirí semillas de varias especies sudafricanas, algunas venidas directamente de Sudáfrica, y precisamente estas últimas resultaron ser un fracaso, germinando sólo una de las especies que, afortunadamente, se desarrolla favorablemente y espero que sea capaz de alcanzar el tamaño de floración este mismo año. Así pues, todavía quedan algunas especies obtenidas de semilla, tanto perennes como anuales, de las cuales ni siquiera sé si florecerán o no -o si lo harán este año, en el caso de las perennes- pero de seguir todo como hasta ahora, no van mal encaminadas. En los próximos meses se revelará el misterio.

No hay comentarios :

Publicar un comentario