Milenrama, octubre 2012 |
Adquirida en forma de semillas en ALDI en 2011, el sobre parecía tener ya unos años (la fecha recomendada de uso iba un año por detrás de otros sobres que compré aquel año). Sembré las primeras plantas en septiembre de ese año en una mezcla de arena con turba en la superficie y las plantas germinaron pronto, con un ritmo de crecimiento que se fue pausando a medida que pasaba el tiempo. Al principio compartieron contenedor con unas Xerochrysum, pero éstas fueron retiradas tras morir y secarse.
Como prueba, en la primavera de 2012 sembré más semillas en el contenedor de 150x75 y fueron mucho más exitosas que sus hermanas más viejas: cubrieron buena parte de la mitad-fondo del contenedor y para el mes de junio ya estaban floreciendo. Las plantas más viejas tardaron más de un año en dar sus primeras flores, en octubre de 2012. Finalmente, dejé las viejas, que tienen su espacio propio, y tuve que arrancar todas las más jóvenes para limpiar el contenedor, dado que se habían multiplicado enormemente a base de echar estolones. La planta tiene un aspecto vistoso, con hojas largas y rastreras finamente dividas que se asemejan a helechos. La floración crece en umbelas similares a algunas crucíferas y umbelíferas, con multitud de capítulos blancos con pequeñas lígulas salpicados por los estambres amarillos que sobresalen. Es perenne, no pierde nunca las hojas y requiere un riego medianamente moderado, resistiendo sin problema los rigores del verano. Como ya se ha mencionado, amplía su superfície emitiendo estolones desde su base.
Agerato, agosto 2012 |
Los ageratos, una de las compuestas más exitosas que tuve en 2012, llegaron a casa también en forma de semilla, pero de LIDL, en febrero o marzo de ese año. Sembré toda una fila en la zona central-frontal del contenedor y al principio no parecía que se dieran mucha prisa por crecer. Sin embargo, conforme avanzaba la primavera dieron un estirón y se convirtieron en una de las plantas con más presencia en este recipiente. Las primeras flores se abrían en junio, y fueron de las pocas que lucieron a lo largo de todo el verano, y más allá, pues todavía quedan algunas. La planta en principio se comportó como una anual de ciclo corto, muy corto, pues en apenas 5 meses, muchas plantas germinaron, crecieron, florecieron y murieron tras dar semillas a montones, lo que provoca la autosiembra de la especie. Entre estos pequeños ejemplares, algunos de no más de 15 cm. de altura, apareció uno con las hojas el triple de grandes. Este "gigante" fue creciendo y alcanzó una talla visiblemente superior a la de sus compañeras y estuvo floreciendo sin parar desde finales de verano hasta ahora. Parece que aguantan muy bien el verano, pues ninguna de las plantas desfalleció durante esta estación, aún floreciendo sin parar. Les gusta el calor, vaya.
Actualmente, este ejemplar de gran tamaño sigue en pie tras ser trasplantado a una maceta al vaciar el contenedor, pero luce algo estropeado y quizá no sobreviva, debido al estrés provocado por el cambio de sitio y los episodios de lluvia con viento que hemos tenido estos días. Sea como fuere, resulta extraño que este ejemplar tuviera un aspecto tan distinto al resto. Supuestamente, la planta es perenne si consigue pasar el invierno sin que el frío sea demasiado intenso (algo fácil que ocurra aquí), así que también resulta extraña la corta vida de las primeras plantas que florecieron. Este año no lo he sembrado por quedarme dos ejemplares todavía y para evitar que se vuelva invasivo, pero quizá siembre después de verano unos pocos más a fin de renovarlos de cara a 2014. Tienen hojas redondeadas y arrugadas, con abundancia de pelos cortos, y unas atractivas flores plumosas de color violeta-azulado que crecen agrupadas en ramilletes en el ápice de los tallos. Dan semillas con facilidad.
Crisantemo, noviembre 2012 |
Este ejemplar llegó a mi casa en la época en la que se pusieron a la venta con motivo de la festividad de Todos los Santos, a finales de octubre, también de LIDL. Quería poner alguna compuesta ramificada de flores tipo margarita que pudiera ir viendo crecer, y me llevé uno de estos híbridos, con las flores rojas. No me llamaron demasiado la atención los otros colores ni formas -no me gustan los de flores dobles- que había en la tienda así que, aunque ya tenía una gerbera de color rojo, me llevé esta planta con el mismo color. La planta venía ya con algunas flores abiertas y otras tantas sin abrir, con lo cual apenas una semana después de su adquisición y tras haberla trasladado a una maceta un poco más grande, dio todo su esplendor para pasar a ir perdiendo atractivo conforme llegaba el invierno. Pasada la floración inicial, algunas flores más tardías no llegaron ni a abrirse, aunque ahora en invierno se han abierto dos pegadas al suelo. La planta sigue con el mismo tamaño que cuando llegó, unos 20 cm. de altura y con dos tallos. Supongo que habrá crecimiento nuevo cuando el día se alargue y aumenten las temperaturas, para florecer de nuevo al otoño que viene. Espero que para entonces pueda lucir todavía más espectacular que esta pasada temporada y, a ser posible, acompañando a otras especies con las que pueda formar una bella composición de colores.
Cosmos, octubre 2012 |
Esta especie también llegó a casa en forma de semillas, de la misma colección que el agerato nombrado más arriba. Estuve semanas viéndolas en el expositor sin prestarles demasiada atención, hasta que finalmente me decidí a llevármelas y probar. Fue bastante tarde, sobre mayo, así que habría que cultivarlas con un trato especial si quería sacarlas adelante. Creo recordar que tuve que hacer dos siembras, porque de la primera no salía nada. Finalmente, a mediados de verano comenzaron a crecer las plantas en un macetero rectangular, además de otro ejemplar en el contenedor que posiblemente surgió de alguna semilla que eché como simple prueba. El caso es que esta planta de siembra "aleatoria" creció antes y les sacó bastante ventaja a las demás.
En verano, el aspecto de las plantas reflejaba bien la dureza de la estación. Las hojas inferiores acababan llenas de hongos, y el resto de follaje, de un bonito aspecto plumoso-filamentoso -muy curioso para tratarse de una compuesta-, decaía mucho con la falta de agua. Para tenerlas todas bajo control, saqué la planta del contenedor en pleno verano y la planté en el mismo macetero que las otras dos, las cuales ocupaban sólo la mitad del tiesto. A pesar de ser un trasplante tan in extremis, en plena estación cálida, la planta arraigó con éxito y se vio muy beneficiada por los dos episodios de lluvia que hubo a finales de agosto, que humedecieron a fondo el macetero y permitieron a las plantas seguir adelante. Ya para finales de septiembre, empezaron a aparecer los primeros capullos y las tres plantas lograron llenarse de flores de unos 5-7 cm. de diámetro que contrastan de manera elegante con el delicado follaje. Me salieron todas rosadas: una más clara, una más oscura y, curiosamente, una cuyos pétalos tenían dos mitades con los dos tonos de las otras dos plantas. Dieron un montón de semillas que fui guardando, aunque algunas que cayeron se pusieron a brotar y las he dejado a su aire, para que crezcan cuanto quieran. Además, he sembrado más semillas del sobre original a fin de conseguir plantas más variadas (en la imagen del sobre aparecen flores rojas y blancas, que no estaría mal que apareciese alguna). Sólo trasplantaré las que han brotado en macetas demasiado pequeñas para asegurar que tengan un sitio más acorde. Es una pena que la planta sea anual, pues su porte (más de medio metro de alto) y lo abundante de su floración lucirían más si durase unos pocos años y floreciese más meses al año.
En la próxima entrada dedicada al tema, las cinco especies restantes de esta familia que florecieron el pasado año.
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