Dalia decorativa 'Duet', octubre 2012 |
Las dalias son muy populares y fáciles de encontrar en las colecciones de bulbos de primavera. Existe una cantidad inmensa de variedades, con lo cual es fácil que hallemos alguna que nos guste. El año pasado compré dos bolsas, ambas en los supermercados ALDI pero pertenecientes a dos colecciones distintas. La primera fue la dalia decorativa 'Duet' (aunque las flores parecen muy claras para pertenecer a esa variedad) y la segunda, una bolsa de dalias pompón rojas, la cual he de decir que supuso una decepción con estas colecciones tan baratas por su imprecisión, pues no salió ni una flor con este aspecto, sino dos variantes con flores simples y pequeñas, unas rojas y otras amarillas.
Una dalia decorativa es aquella cuyas flores son dobles y crecen muy apretadas, hasta el punto que no llega a verse el disco central donde deberían estar las flores tubulares en la disposición que encontramos en muchas compuestas tales como las margaritas, crisantemos, gerberas o girasoles. La 'Duet' tiene este aspecto y es cierto que no alcanzamos a ver sino un apelotonamiento de pétalos bicolores muy elegantes, aunque creo que lucirían más espectaculares si hubieran sido más grandes.
En general, las dalias sobrellevaron bastante mal el verano, viéndose atacadas por los hongos y llegando algunas de ellas a decaer hasta tal punto que tuve que "segarlas" por completo para que rebrotasen del suelo. Sólo la 'Duet' repitió floración en la estación cálida y tuvo otro pequeño repunte en otoño. Para finales de verano, con la mayoría de tallos totalmente secos, al escarbar en la maceta encontré sus tubérculos podridos. La 'Duet' se secó del todo antes de las navidades; ha sido revisada esta semana y sigue bien, con lo cual la moveré a una maceta más grande a la espera de que este año se desarrolle más, pues la talla que ha alcanzado hasta ahora dista mucho de ser la que uno espera de estas plantas.
Uno de los pequeños tubérculos que se desprendieron de las dalias "variadas" se lo regalé a mi tía, que con pocas atenciones consiguió que la planta creciera y floreciera (con flores amarillas) a finales de verano, y quizá este año le rebrote. Por mi parte, esta temporada no sé si encontraré alguna variedad que me llame la atención, pero a lo sumo quizá sólo introduzca una planta más, a menos que encuentre dalias enanas que, ocupando menos lugar, no me preocupa demasiado. Y es que, en mi terraza, las macetas grandes y el sitio para ellas son bienes escasos.
Gerbera, diciembre 2012 |
La gerbera es una de las plantas más conocidas en el mundo de la flor cortada. Mucha gente cree que la planta que normalmente encontramos en las tiendas pertenece a la especie Gerbera jamesonii, pero lo cierto es que es un híbrido de ésta con Gerbera viridifolia. La planta destaca por sus vistosas flores, similares a margaritas, de las que se han obtenido distintos colores en cultivo e incluso formas variadas.
Tuve dos gerberas en 2012. La primera la compré en un supermercado Eroski por dos euros, en pleno verano, y parece que seguí con ella el perfecto manual para matarla. La trasplanté nada más llegar a casa, con el calor del mediodía, y la regué de manera abundante. La planta, claro, decaía conforme pasaban los días, doblándose los pedúnculos de las flores lanzando a perder su bonito aspecto de esta manera. Y yo venga a echarle más agua y ponerle debajo una bandeja para que no se escapase ni una gota. Al final, pocas semanas después, no quedaba nada en la maceta.
En octubre volví a encontrar la planta en un supermercado Alcampo, del mismo viverista holandés ('Colour Game'), algo más pequeña y por la mitad de precio, un euro. Busqué un ejemplar similar al que tuve, de pétalos rojos con el centro oscuro salpicado por los estambres amarillos de las flores tubulares. Esta vez también la trasplanté, pero la traté con las pocas atenciones que suele requerir, regando sólo cuando la tierra está bien seca. La planta ha florecido varias veces en casa y sigue haciéndolo ahora en invierno, aunque su aspecto actual refleja la falta de temperatura y luz de la estación. Sin embargo, como siga prosperando habrá que volver a trasladarla a una maceta más grande.
Girasol, agosto 2012 |
El cultivo del girasol en mi terraza no fue más que una mera curiosidad y una "pequeña responsabilidad", dado que muchas veces había germinado pipas pero nunca había llegado a mantener la planta lo suficiente como para que floreciese, abandonándolas a las pocas semanas. Utilicé en esta ocasión unas pocas pipas pequeñas de la comida para loros que les doy a mis ardillas. Las semillas germinan con una facilidad tremenda por el método de depositarlas sobre papel de cocina humedecido (a veces tardan menos de 24 horas), así que el cultivo de verdad comienza al pasarlas a tierra.
Puse unas cuantas en un macetero rectangular no muy grande allá por junio. Llegaron a prosperar seis, aunque una de ellas era tan pequeña que no salió adelante. Al principio las plantas crecen sin problemas y más pronto de lo que esperamos ya vemos asomar el botón floral en el ápice del tallo, mas todavía quedará esperar unas semanas hasta ver las flores abiertas, siempre y cuando procuremos unos cuidados adecuados a las plantas.
El principal problema que encuentro a tener girasoles en macetas tan pequeñas es la demanda de agua que éstos exigen. En grandes cultivos, el girasol se caracteriza por prosperar sin demasiados riegos ya que sus raíces excavan el suelo en profundidad y se aprovechan de la humedad acumulada. Pero claro, estamos hablando de una maceta de no más de 15 cm. de altura expuesta al duro sol veraniego de Cullera. Había que empapar la tierra a cada visita a la terraza para lograr que las hojas volviesen a levantarse, pues se arrugan y cuelgan flácidas con la falta de humedad.
Finalmente, a mediados de agosto se abrieron las flores. Debido al tamaño de la maceta, tanto éstas como las plantas quedaron de una talla contenida, con unos 40 cm. de altura y capítulos florales de unos 10 cm. de diámetro. Conseguido el reto, saqué las fotos de rigor y seguí cuidando las plantas poco tiempo más, pues las hojas dejaban de recuperarse con los riegos y finalmente corté el agua dejando secarse a las plantas y viendo madurar las pipas.
Esta temporada no volveré a hacer estas pruebas, pero sí quiero introducir en la terraza la variedad ornamental de girasol 'Autumn Beauty', cuya particularidad reside no sólo en sus flores que varían del amarillo al rojizo con centros oscuros, sino que crece como el girasol original silvestre, esto es, ramificado y con varias flores a la vez, y no como las variedades de cultivo como la que tuve que producen un solo tallo con un único capítulo en su extremo. Eso sí, usaré una maceta grande.
Liatris, julio de 2012 |
La liatris es una de las compuestas más curiosas y fáciles de cuidar de cuantas tengo. La planta se vende como bulbo en primavera, y pese a que tiene el aspecto un bulbo auténtico como el de los tulipanes o gladiolos, no es tal cosa: en realidad, se trata de un tallo modificado que forma un tubérculo. Vendían estos tubérculos en LIDL en primavera en dos versiones, una cajita con 10 de ellos y una bolsa con 25. A pesar de que la bolsa más llena costaba apenas medio euro más, temiendo no tener sitio me llevé el de 10. Repartí las plantas en dos macetas y en el contenedor de 150x75, considerando en éste que serían grandes plantas para el fondo del recipiente por su altura. No fue exactamente así.
Parece ser que brotaron todos los cormos, aunque las plantas de las macetas siempre tuvieron un aspecto algo más estropeado. Sin embargo, todas prosperaron y mantuvieron sus hojas hasta el otoño, pero sólo conseguí ver florecer a tres. Las plantas, eso sí, toleran bastante bien el calor y sus largas hojas lanceoladas apenas se ven afectadas por la sequedad.
Las flores son espectaculares para tratarse de una compuesta. Aparecen en verano en espigas verticales y se asemejan mucho a las del agerato, especie de su misma tribu taxonómica: no tienen pétalos, sino que encontramos unos filamentos rosados que no son más que la prolongación de los estilos, colgando desde cada flor tubular. El tallo que sujeta las espigas posee también hojas lanceoladas o lineares aunque menores que las de la roseta. A pesar de que en el paquete se indicaba que la planta puede llegar a 70 cm. de altura cuando está en flor, lo cierto es que ninguno de mis ejemplares pasó de unos 30 cm. Un aspecto curioso de estos conjuntos es que las flores se abren en un orden inverso al de la mayoría de flores en espiga: de arriba a abajo.
Llegado el otoño, corté las espigas que estaban llenas de semillas que, al parecer, germinan con facilidad. Eliminé las hojas secas y me dispuse a sacar los cormos de bajo tierra. Algunos han engordado de manera notable, aunque creo que no están todos los 10 que planté; sin embargo, el tamaño de los más grandes augura varios puntos de crecimiento para la próxima temporada. Uno de los cormos que saqué pronto, sobre septiembre, se arrugó y se secó tanto que tengo dudas sobre si estará listo para rebrotar. Por ello, los que saqué después los mantuve en un recipiente con turba y no corrieron la misma suerte. No hay rastros de hojas por ahora, con lo que parece que incluso en comportamiento se asemejan a las bulbolsas de la familia del tulipán, los iris o los jacintos, descansando bajo tierra durante el invierno.
Clavel de indias, octubre de 2012 |
Esta asterácea la llevo cultivando desde que en primavera de 2011 sacara adelante una pequeña maceta con ellas en el balcón de casa, donde ya dieron un buen montón de semillas. Sembré más semillas en otoño de ese año que dieron flor entre diciembre y enero, y curiosamente no salió adelante ninguna más cuando las sembré en primavera. Sin embargo, aparecieron en una maceta en junio, posiblemente de semillas caídas por accidente, y comenzaron a crecer pausadamente. Esas plantas (una de ellas en la foto), aunque con poca vida ya por delante, todavía las tengo y han sido las que más grandes se han hecho y más tiempo han vivido, floreciendo desde octubre hasta casi este mes.
Las semillas originales proceden de un sobre comprado en ALDI, aunque ahora mismo tengo centenares de semillas de todas y cada una de las plantas que he tenido, resultando ser una especie tremendamente prolífica. Las semillas tienen un aspecto curioso e inconfundible: pequeños cilindros negros alargados con pelusa pajiza en un extremo, asemejándose a pinceles en miniatura. En el sobre ponía que eran de la variedad 'nana', pero lo dudo, puesto que las plantas que he tenido han sobrepasado los 30 cm. de altura.
La planta tiene unas atractivas hojas divididas y aserradas y produce montones de capítulos de pétalos dobles de color rojizo-anaranjado, con las flores tubulares visibles en su centro. Florece cuando alcanza la talla adecuada, siendo bastante irregular para esto. La planta es anual y se adapta a crecer en cualquier época del año, floreciendo incluso en invierno. La que tuve en verano floreció en apenas un mes y medio, mientras que esta última tardó casi cinco meses. Parece ser pues muy variable y adaptable.
Las flores realmente huelen como los claveles verdaderos, y cuando sacamos las semillas podemos apreciar un ligero aroma similar al pomelo en los capítulos. He sembrado algunas más para la primavera pero no sé si tendré éxito con ellas, aunque realmente se trata de una anual sencilla de sacar adelante por semillas.
Y hasta aquí todo lo referente a las compuestas en 2012. Para 2013 espero que sean muchas más las que florezcan, habiendo sembrado desde ya algunas especies nuevas. Espero que la familia más grande del mundo de las plantas también sea la más florida en la terraza durante los próximos meses.
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