jueves, 2 de mayo de 2013

Las margaritas de Livingstone enseñan más colores

Naranja y amarillo pálido
Como dije hace poco, una de las grandes protagonistas de esta primavera en la terraza está siendo la margarita de Livingstone (Dorotheanthus bellidiformis), la pequeña aizoácea anual de bellas y multicolores flores. Casi parece que, en cada visita a la terraza, descubra un color que no había visto antes. A lo visto, incluso una misma flor puede variar según pasan los días.

En varias visitas, por ejemplo, había visto brotar flores de color anaranjado, pero luego el color no se volvía una constante en la mata de plantas. El martes encontré abiertas dos flores de este color, muy vivo, y no dudé en tomarles fotos. Hoy ya no estaban pero sin embargo su posición estaba ocupada. ¿Y las flores naranja? Bueno, seguían allí, pero al parecer pierden fuerza con los días y adquieren un suave tono salmón.

Rosas intensos y anaranjados
Algo parecido pasa con el color rojo, que realmente no llega a aparecer. Las flores de color rosa intenso con el centro amarillo empiezan a abrirse con un tono rojo brillante, pero éste no se mantiene hasta la apertura si bien el rosado resultante es mucho más saturado que en las flores de rosa muy vivo. En la foto donde aparece el grupo de flores podemos ver uno de estos ejemplares que destaca por ser de una mayor intensidad que los ya de por si brillantes ejemplares rosados.

La cantidad de flores se mantiene con bastante variedad, aunque ya son muchas las que se han ido convirtiendo en cápsula de semillas. Ésta me recuerda en cierto modo a las de sus parientes los Carpobrotus, y casi seguro que, al igual que éstos, también estén rellenos de una pulpa dulce y fragante. No he indagado para descubrirlo pero, en cualquier caso, dejaré que se sequen en la planta para que las semillas caigan a los pies de la mata actual a fin de resembrarse en las lluvias que sucedan al final de su vida.

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