jueves, 16 de mayo de 2013

Repaso de mediados de mayo

Anémona de Caen bicolor
Esta entrada podría tomarse como una continuación de la anterior una semana después, en la que parece que el tiempo se vuelve a poner de mi parte y desde el martes las nubes y la lluvia, eso sí, más suave esta vez, vuelven a hacer acto de presencia y salvan una situación que ya empezaba a tornarse dura debido al calor que apareció inmediatamente tan pronto como terminaron las últimas lluvias de abril.

Ha habido, por supuesto, una de cal y una de arena: el calor -combinado incluso con las tormentas anteriores- lo puso difícil para algunas plantas y otras, que aguantaron bien, se han visto recompensadas con esta lluvia que les ha dado el empujón que necesitaban. Esta vez, por hacerlo más dinámico, plantearé la entrada en puntos, contando la situación para cada especie o grupo de especies:

- Los girasoles florecieron. Una pequeña decepción, pues han resultado ser dos ejemplares de aspecto típico, con flores amarillas cuyos pétalos no llegan a desplegarse del todo (Nota: son los de semillas de LIDL). Han tenido sus más y sus menos con el calor, hasta estar a punto perder dichos pétalos antes de tiempo, pero siguen floreciendo. Por si acaso, he sembrado más pipas pequeñas y negras de otra mezcla de semillas a ver si consigo que aparezca alguno de flores rojizas. No sé si estos girasoles que tengo serán de los que se ramifican, espero que sí, pero no veo crecimiento en el ápice que lo sugiera.

Girasol amarillo
- La margarita (Mauranthemum paludosum) que tenía desde hace un mes pasó a mejor vida. Cuando a las lluvias anteriores, por un descuido pasó varios días con la bandeja de agua inundada, y comenzó a pudrirse. La puse al sol para intentar secarla y salvar algo... y secarla sí lo conseguí, pero del todo. Dado que me costó poco (0,60€) y en la tienda seguían teniendo, me traje otra. En la maceta donde estuvo la anterior hay brotando unas plántulas que parecen otras margaritas, así que corté la planta seca y dejé el resto tal cual.

- Los ranúnculos parecen haberse echado ya a descansar. Dejaron de florecer y tanto éstos como los que no han florecido han ido perdiendo las hojas, ayudados bastante por el calor. Las anémonas parece que también van dejando de abrir flores y no tardarán en venirse abajo, despidiéndose seguramente hasta el otoño, aunque todavía hay bastante verde. Varios eneldos (Anethum graveolens), seguramente de semillas que planté sin éxito el año pasado, han ido creciendo en las macetas de las anteriores y van bastante avanzados, con un ejemplar imponente y recto de alrededor de medio metro de alto. Les daré los cuidados necesarios dado que el año pasado, cuando los planté intencionadamente, no los tuve. Tras todos ellos se erigen las aguileñas, con las Aquilegia alpina llenas de cápsulas de semillas y las híbridas cada vez más grandes y llenas de flores... eso sí, las tres plantas iguales, con flores blancas y amarillentas.

- Los antirrinos se encuentran en su máximo esplendor. Están en flor tanto los nuevos como los viejos, los de mata baja y los de espiga alta. De ellos hablaré en una entrada dedicada muy pronto.

Mauranthemum paludosum
- Las semilleras de este año han sufrido distintos destinos. Quizá el más triste ha sido para los linos (Linum usitatissimum), dos ejemplares sembrados en febrero que ya se encontraban en flor, vino el poniente y los secó. Como el primer día que vi flores hacía mucho viento, lo dejé estar para la siguiente visita... que no pudo ser. En el contenedor empiezan a aparecer especies conocidas y nuevas: florecen las primeras zinnias, ageratos y un carraspique (Iberis umbellata); florecerán pronto la Gypsophila elegans y algunas Vaccaria hispanica, procedentes de aquellos botes de 100 g. de semillas que adquirí en marzo y que estoy seguro que me darán más sorpresas.

- Hace dos fines de semana llegaron dos nuevas adquisiciones: la margarita azul o áster de África (Felicia amelloides) y el cantueso (Lavandula stoechas), del centro de jardinería Kuka de Alginet. La primera llevaba tiempo buscándola porque me atraía su aspecto de margarita al uso, delicada, pero sobre todo su combinación de azul y amarillo; la segunda simplemente es una planta que me parece espectacular, así que me la llevé. Me gustan bastante las labiadas con acumulaciones de flores curiosas: desgraciadamente, la otra que adquirí este año, una Monarda híbrida, empezó a brotar tímidamente en abril, desaparecieron los brotes tras las lluvias y al escarbar el otro día encontré las raíces totalmente secas. Quizá pruebe al año que viene de nuevo si surge la oportunidad (vino a casa desde Eurobulb.nl, en un pedido que hicimos varias personas; no salió nada cara, menos de 2€).

-Las dedaleras han seguido floreciendo, pero perdieron toda la estética que habían logrado -con espigas densas y rectas- tras el poniente, ya que las varas se doblaron por la sequedad y su gran peso ha impedido que volvieran a ponerse totalmente verticales una vez fueron regadas. Además, ello aceleró la caída de flores. Menos mal que antes de eso registré su aspecto en foto... salen en esta entrada.

Aguileña híbrida
- Los bulbos de verano, ahí siguen. Los gladiolos enanos lucen espectaculares, con las hojas perfectamente alineadas y rectas; muchas hojas también para las Triteleia, los gladiolos abisinios, las Tigridia y las crocosmias, pero parece que todavía vayan a tardar en florecer todos. No sería raro pues este año abril y mayo están siendo bastante frescos. Las dalias, sin embargo, ya están floreciendo. Las "pompón rojo" de ALDI, nuevamente, han resultado ser de flores simples y colores variados... si van bien no me quejo, pero está claro que no vuelvo a intentarlo nunca más con esta marca. Brotaron los Ornithogalum saundersiae al fin, tras dos meses y medio enterrados, y siguen con hojas las Nerine bowdenii aunque una de las tres las ha perdido.

- Para ir terminando, hablaremos de las perennes y vivaces. Han ido bastante bien todas: a la Lychnis viscaria ya le he podado las flores, todas secas y dando ya semillas que han sido convenientemente guardadas; las edelweiss se encuentran en floración, algo que me alegra bastante pues tenía dudas sobre si llegaría a hacerlo con mi clima: le dedicaré una entrada. Las Incarvillea han dejado de florecer y están formando frutos, mientras que la Astilbe empieza a abrir sus delicadas florecillas rojizas. A la Campanula glomerata le he hecho una poda porque las flores viejas, en lugar de formar semillas, se quedan como aplastadas y apelmazadas, así que he decidido "sanearla" dado que sigue floreciendo, por si creciera más. La dicentra ya se ha quedado sin flores y es de suponer que el follaje, que sigue frondoso, se vendrá abajo en verano. Sólo queda por mostrar algún rastro de floración la prunela -de la que no podré confirmar la especie hasta que vea las flores.

Y este es básicamente el panorama de la terraza a día de hoy. Me he dejado muchas cosas, pero es que es imposible condensarlo todo en una entrada. Estamos teniendo un mes de mayo bastante impredecible, pues tras algunos días de calor y poniente parecía que el calor venía para quedarse y no ha sido así del todo: sigue refrescando de noche, por la mañana e incluso a media tarde, y cae alguna lluvia de vez en cuando. A mí esto me parece perfecto, no hay duda de ello, pues sólo hay que ver lo que ha ocurrido a poco que el calor y el viento seco han aparecido: si esta situación empezase a mantenerse, no podría dejar de regar más de dos días seguidos y tendría que hacerme a la idea de que muchas plantas se iban a venir abajo irremediablemente. Dejemos pues que el verano se retrase todo lo que pueda y disfrutemos de este tiempo más "normal" (si es que "normal" significa algo) que está permitiendo que las plantas engalanen la terraza con sus flores de manera más intensa.

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