jueves, 23 de mayo de 2013

Novatas y veteranas

Hippeastrum rojo
No cabe duda de que este año, con el suavizado del tiempo atmosférico, las cosas parecen ir con más calma que el año anterior. Se nos echa encima junio y todavía quedan bastantes anuales por florecer, las bulbosas de floración estival esperan un empujón más y las de floración primaveral todavía cuentan con hojas. Sin embargo, sí es cierto que otras plantas no han dejado de florecer desde hace semanas o incluso ya van terminando, como es el caso de las anémonas y ranúnculos.

La flor roja que abre la entrada -decía hace poco que tenía pocas flores rojas, ¡olvidaba la más grande!- es un Hippeastrum híbrido. Ha requerido algo de paciencia ver estas flores: llegó en octubre de 2011 y empezó a florecer de manera prematura a principios del año siguiente, con flores deformes (no se salvó ni una). A lo visto no le sentaron bien los altibajos de temperaturas y demás provocados por su viaje y su nueva estancia: generalmente son plantas que florecen a mediados de primavera -este año parecen haberse atrasado un poco- pero se venden algo adelantados en otoño y llegan a florecer antes de marzo. Tengo otro, rojo y blanco, también con flores. Éste llegó a casa en octubre de 2010 y es su tercer año consecutivo floreciendo.

Vaccaria hispanica
También hay sitio para las especies nuevas estos días. Entre las semilleras han aparecido varias Vaccaria hispanica, una cariofilácea similar a las Silene y Saponaria con unas características flores de cáliz ovoide con unos marcados ángulos que hacen que parezca estar hecha con piezas planas entrecruzadas. Crece en matas de hojas glaucas opuestas y se ramifican en el extremo, con lo que dentro de pocos días todavía lucirá más espectacular el conjunto de florecillas rosadas. Dos parientes suyos se encuentran a medio camino: uno es la Gypsophila elegans, de porte similar pero con flores blanco puro, que no llegué a fotografiar porque considero que todavía pueden llenarse más de flores. El otro es la neguilla, Agrostemma githago, otra especie de hojas opuestas y flores rosa que todavía no llegan a dejar entrever su color pero que están al caer. Parece ser pues que la familia del clavel se impone.

Meliloto
Entre las zinnias aparece ya alguna flor y abundan los ageratos, que han cumplido todas las predicciones. No sembré voluntariamente ni uno dado que el año pasado fueron tan prolíficos y soltaron tanta semilla que sabía que aparecerían solos por doquier, y así ha sido. De hecho han aparecido en sitios inesperados, como la maceta de los ranúnculos o varias partes del contenedor-jardinera donde, debido a su porte redondeado y sus anchas hojas, quizá le estén quitando sitio a otras pequeñas plantas. De todas formas no sobra en absoluto su elegante colorido violeta formado por los apretados capítulos de aspecto plumoso. Eso sí, al año que viene tampoco sembraré ninguno nuevo: sigo manteniendo dos ejemplares muy envejecidos y leñosos germinados en 2012 que todavía tienen semillas que dar y que de seguro el viento esparcirá aquí y allá.

Agerato
Entre las semilleras, hace ya semanas empecé a ver una planta de hojas trifoliadas y largos pecíolos. No cabía duda que se trataba de una leguminosa, aunque no sabía cuál: en la terraza han crecido muchas veces de manera involuntaria pequeñas alfalfas que venían en la tierra recogida del campo y tengo también la alfalfa forrajera (Medicago sativa), de la que me podría haber caído una semilla cuando planté, ya que aún no ha florecido. En los botes de semillas mixtas no se indicaba la presencia de ninguna leguminosa pero sí dejaba entrever que la relación de especies que vienen en cada mezcla es aproximada, pudiendo haber algunas más no indicadas. Hace pocos días dicha leguminosa ya sobresalía entre otras plantas y mostraba unas inflorescencias sin abrir en forma de piña... ¡un meliloto! No tengo ni idea si ha salido de las semillas compradas o lo ha traído algún pájaro, pues estas especies pequeñas abundan en Cullera. No me desagrada en absoluto su presencia, es una fabácea elegante y pequeña que queda muy bien entre las otras pequeñas plantas de flor. También apareció una pequeña amapola similar a Papaver dubium que ya ha dejado de florecer y no le llegué a ver ni una sola flor entera, encontrando los pétalos caídos. ¿No duraban ni tres días?

Vaccaria hispanica
Entre algunas de las especies más esperadas está tambien la gallardia, Gaillardia aristata, que sembré en enero y a pesar de que las indicaciones decían que es una planta perenne que comenzará a florecer en su segundo año tras ser sembrada, las plantas dieron una importante escalada de crecimiento a partir de abril y se han puesto grandes y con varios capítulos asomando en el extremo de sus tallos. Se trata de una compuesta americana tipo margarita con el centro muy prominente, como las especies cercanas Echinacea, Rudbeckia o Helenium, con pétalos rojo-naranja y amarillos. Estoy impaciente por verlas, más teniendo en cuenta la satisfacción de haberlas sacado adelante yo mismo y en tan poco tiempo para tratarse de una perenne.

Otro curioso evento lo han protagonizado los guisantes de olor (Lathyrus odoratus). Tengo unas pocas plantas que llevan desde otoño en la terraza, sembradas desde octubre. Crecieron bien y en un momento dado se detuvieron sin más, aunque también forzados a ello porque los gorriones picaron casi estratégicamente el ápice desde donde crecían, así que mi idea de ver temprano (marzo-abril) la reja cubierta de tallos y flores de esta leguminosa se desvaneció. Tras estos últimos dos episodios de lluvia, no sé cómo ni por qué, de las axilas de las hojas superiores han reaparecido tallos en crecimiento y han continuado escalando. Aparte, hace sobre una semana o poco más, sembré nuevas semillas de la especie. Sé que quizá no es buena idea por la época, porque a la planta le gusta poco el calor, pero a estas me las he llevado al balcón de la casa a ver si llegan a cubrir rápido la barandilla.

Seguimos en breve con la próxima visita, pues parece que hay varias plantas más animándose a abrir sus flores.

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