jueves, 14 de abril de 2016

Un trabajo bien hecho


Los insectos polinizadores y las flores son uno de los mayores ejemplos de evolución conjunta que existen en nuestro planeta. Los insectos llevan alrededor de 400 millones de años sobre la tierra, y las angiospermas -las plantas con flores- empezaron a aparecer hace unos 140, a principios del Cretácico. Unos y otros han ido moldeándose simultáneamente, se necesitan. Traer un pequeño trozo de esa larguísima historia a nuestro rincón con flores es siempre una experiencia bonita y que, en mi opinión, aumenta el valor ornamental que obtenemos del cultivo de plantas con flores por el simple hecho de su belleza. Verlos interactuar no sólo es interesantísimo, sino que además nos ofrece las mismas ventajas a ambos: a ellos, los insectos, les estamos dando sustento, al tiempo que aseguran que nuestras plantas anuales y otras herbáceas produzcan semillas haciendo circular los distintos tipos de polen por todo nuestro grupo de flores.

Núcula de Cerinthe major
Este año he hecho especial hincapié en cultivar plantas que aúnen un aspecto agradable -evidentemente para mis gustos- y que sean del agrado de los insectos. No obstante, las mayores sorpresas han resultado ser otras plantas que no esperaba que fuesen a tener tanto éxito entre los visitantes alados de la terraza y otras, incluso, que no había visto estar antes tan demandadas por las abejas, principales polinizadores del lugar aunque no los únicos, pues las avispas, moscas, mariposas y algunos escarabajos y quizá hasta los chinches de colores también realizan su parte.

Entre esas plantas que han resultado llamar más la atención de lo esperado se encuentran las linarias. A la Linaria reticulata la llevo cultivando con esta tres primaveras y nunca había observado que resultase tan irresistible para las abejas: las primeras en explotarlas fueron las Anthophora plumipes, protagonistas indiscutibles de estas primeras semanas de floración del año y que seguramente habrán propiciado que muchas plantas estén repletas de semillas. Junto a la Linaria maroccana, estas abejas y las siempre eficaces Apis mellifera fueron encadenando visitas a las siguientes plantas de su agrado que fueron floreciendo, como las Salvia viridis en el caso de las Anthophora o las borrajas para ambas, flor que sí entraría en la categoría de "altamente recomendada para abejas" y que sólo especies hábiles pueden aprovechar. Y es que, precisamente parece que la combinación de especies muy atractivas hace que las abejas dediquen algo más de tiempo a investigar la terraza y sacar provecho de muchas plantas distintas. He comprobado que en invierno y verano, épocas en las que menos insectos se ven, las pocas flores que quedan no atraen a demasiados insectos. En cambio, un áster en septiembre o un girasol en diciembre rompen con esta característica. Incluso las caléndulas este invierno fueron foco de atención para las abejas comunes y para la veloz esfinge colibel.


Gracias a esta asociación de plantas atractivas para insectos, nuestra producción de semillas de anuales para resembrar en próximas temporadas o compartir con otros cultivadores sale enormemente beneficiada. En la entrada destaco dos especies: la Cerinthe major, planta que en principio creía que no tendría problemas para dar semillas, dado al buen número obtenido el primer año (2014) y que sin embargo fue una decepción cuando a la siguiente temporada, con más plantas, no dieron ninguna. Este año la especie ha sido colocada de nuevo junto a su pariente la borraja y su poder de atracción todavía sigue activo a día de hoy. Parece que la Anthophora plumipes esté hecha para ella, a falta de encontrar otras especies en las que es experta, como Pulmonaria o Symphytum -ausentes en Cullera y que no descarto cultivar en un futuro-, de la misma familia y flores también tubulares. Esta abeja no sólo llega a los nectarios con su larga lengua, sino que es capaz de agarrarse a una flor y vibrar con sus alas para que el polen le caiga encima. Los resultados ya se están viendo, y la planta comienza a mostrar varias núculas, el fruto similar a una nuez que suelen producir las boragináceas, de aspecto cónico, negro y brillante en esta especie. El procedimiento de la abeja con esta planta lo observamos en el primero de los vídeos de la entrada.

Aquenios de Dimorphotheca sinuata
También las Dimorphotheca sinuata están produciendo una cantidad de semillas nunca antes vista. Cultivé las primeras en verano de 2014 y en el posterior invierno-primavera de 2015, repitiendo la experiencia para el invierno siguiente, aunque la floración se extiende mucho más (aún hoy parece quedarles cuerda para rato). En todas las ocasiones anteriores, las plantas produjeron semillas y de hecho los primeros ejemplares en florecer esta temporada, aún en diciembre, son autosembrados; no obstante, la cantidad de aquenios, el fruto que contiene la única semilla en una compuesta, era ridícula. Esta primavera son montones las cabezuelas que maduran con un aspecto como el de la foto, llenas de aquenios alados apretados en lo que fue el disco floral y rodeados de otros en forma de cuernecillo que se generan en las flores liguladas. Quién ha sido el responsable de este éxito lo desconozco, pero hay que tener en cuenta que las flores de tipo margarita atraen todavía a más tipos de abeja, en especial a aquellas que sólo pueden llevarse el polen pegándolo directamente a la vellosidad de su cuerpo, algo que tienen fácil en los discos florales planos de las asteráceas. También las moscas y otros insectos disfrutan de estas plantas.

En los siguientes dos vídeos se recogen varios momentos en los que se observa trabajar a las abejas, En el primero de ellos se suceden diversas tomas a cámara lenta donde observamos primero a las abejas comunes en pleno frenesí con las amapolas de California, que debido a un amanecer nuboso habían tardado algo más en abrirse, haciendo perder la paciencia a las laboriosas obreras. Posteriormente se observa a la Rhodanthidium sticticum, primero en una Cosmos bipinnatus donde puede recoger tranquilamente el polen con su abdomen, característica común a las abejas de la familia Megachilidae; finalmente, otro ejemplar aprovecha su experiencia en abrir la corola labiada de un Anthirrinum majus para recolectar a escondidas su ración de alimento. Estas abejas están teniendo también este año su mayor afluencia en la terraza.


En el último vídeo, sobre estas líneas, se observa nuevamente a una Anthophora plumipes hembra trabajando, esta vez a cámara lenta y sobre unas linarias. La combinación de factores, esto es, la grabación a alta velocidad y la recolección más pausada de las hembras de esta especie permite apreciar con detalle cómo realiza sus aproximamientos a las flores, con su enorme lengua retráctil. Fue un gran descubrimiento encontrar que esta compacta sumergible que compré el año pasado -Nikon AW130- también pueda grabar vídeos a 120 fps, aunque se echa de menos que no lo haga al menos en HD (720p en 16:9) en lugar de sólo VGA (480p en 4:3) cuando ya existen hasta smartphones que lo hacen, Confío en que en pocos años ya habrá cámaras que incorporen esta característica como algo habitual. De momento, hay que conformarse con unos vídeos de menor resolución que sin embargo no quedan del todo mal si se consigue grabar a los insectos de cerca.

3 comentarios :

  1. Muy interesante el tema de los polinizadores.el año pasado me regalaron semillas de linaria purpurea y salvia napifolia estas junto a nepeta fasseni y salvia greigui son el foco de atención.ahora estoy cultivando helenium y aster.......a ver que tal

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    1. Hola Ignacio. Muy interesante lo que comentas, de las plantas que mencionas tuve la Nepeta x faassenii, pero en su día no noté que fueran muchas abejas a visitarla. Todo depende mucho del "efecto llamada" de otras plantas, seguro que si la hubiera tenido en compañía de otras especies la hubieran encontrado. Desgraciadamente las semillas eran viejísimas y ya no he vuelto a sacar ninguna.

      Helenium tengo uno de este año y si hace honor a su nombre, es de suponer que florecerá en otoño. Le veo potencial. Respecto al áster sigo echando de menos lo maravillosamente bien que funcionó el primer año, que era enorme y estaba cubierto de flores y lleno de abejas. Aún lo tengo, pero nunca he conseguido que vuelva a crecer tanto -saca un tallo de 20 cm. y cuatro o cinco cabezuelas, nada más- y la idea de comprarlos de nuevo (eran de LIDL) no pudo ser ya que han quitado esa especie de la colección que la tenía.

      Saludos.

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    2. Por cierto, me alegra leer lo de la Linaria purpurea. Seguro que la vuelvo a buscar. Hace dos o tres años compré semillas del cultivar 'Canon J. Went' y no salió ni una. Con lo fáciles que son estas plantas, seguro que me vendieron semillas en mal estado. Insistí un montón de veces durante varias temporadas pero nada, no salen. Habrá que repetir de nuevo, este año he cultivado 4 especies diferentes y son estupendas.

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