sábado, 11 de junio de 2016

Girasoles e ingenio

Girasol en amarillo
Los girasoles han tenido una presencia fija aunque discontinua en la terraza. Todo depende del sitio que haya podido reservarles y de si sobreviven a sus primeras semanas. Por este motivo, casi siempre, nunca he podido hacer coincidir su floración con la llegada de la primavera, para que florezcan a la vez que el resto de plantas y puedan atraer a más abejas, pues son muy eficaces para ello. Con invierno de por medio son capaces de tardar más de medio año en pasar de semilla a floración, como ha sido el caso actual, aunque en otras circunstancias pueden hacerlo en menos de la mitad de tiempo.

Las plantas que finalmente han florecido estos días provienen de una mezcla de semillas y, a juzgar por su aspecto, de semillas pequeñas, negras o pardas con motas y aspecto general de girasol al uso aunque más estilizado y con varias cabezuelas, es probable que se trate de alguna serie similar a los 'Autumn Beauty'. Costó bastante establecerlos puesto que se encontraron a tantos enemigos por el camino que hubo que resembrarlos hasta tres veces. Primero, al pasarlos al descubierto a su maceta definitiva, los gorriones los cortaron a ras. Como a los pájaros se los disuade fácilmente colocando una malla o una jaula vieja encima que impida el acceso a las plantas, utilicé este método y volví a sembrar. Pero la jaula que no rodea toda la maceta no es suficiente para dejar fuera a otro enemigo más peligroso: los caracoles. En apenas dos días, éstos se colaron en la maceta y redujeron a los girasoles hasta dejar sólo el tallo. A repetir otra vez.

Colores cobrizos y pálidos
Finalmente, y en una de esas ideas que surgen del ingenio contra desavenencias como esta, se me ocurrió comprar una cúpula semiesférica de malla metálica que suele venderse para cubrir los cuencos o bandejas con fruta a fin de impedir la entrada de moscas. Tienen el tamaño justo tanto como para cubrir toda la superficie de una maceta grande (22-30 cm. de diámetro) como la altura adecuada para que, cuando las plantas hayan crecido tanto que tocan contra la malla, ya no sean necesarias puesto que sus dos principales enemigos ya no las molestan. Tan pronto como comprobé la efectividad de este método me fui haciendo con más cúpulas para otras macetas grandes que fui utilizando sobre la march. A ser posible iré adquiriendo unas cuantas más para tener para varias macetas en próximas temporadas.

Al final, tres hermosos girasoles de algo más de un metro de alto, dos de color amarillo con el centro oscuro y uno que mezcla tonos cobrizos con un amarillo muy pálido, sobresalen por la barandilla de la terraza llamando la atención tanto de su cultivador como de las abejas que pasan estos días por allí. Pretendo sembrar de nuevo a finales de verano, a fin de adelantar un poco su floración a la temporada próxima. Al menos podrán estar tranquilos de contar con una efectiva protección ante devoradores de hojas.

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