Salvia coccinea |
A la Salvia coccinea la elegí por un motivo bien evidente: su explosivo color rojo. El motivo secundario habría que explicarlo más detalladamente. Hay otra salvia de color rojo, más popular todavía si cabe: la Salvia splendens. Sin embargo, me parece la menos atractiva de todas las salvias por su porte: un "repollo" de hojas anchas abajo y una espiga corta con flores apelotonadas que además tienen un aspecto que recuerda poco no ya a una salvia, sino a cualquier planta de la misma familia. La Salvia coccinea tiene un porte más agradable para mi gusto, similar al resto de salvias ornamentales, y las semillas las encontré sin dificultad e igual de sencillas han sido para germinar, cosa que hicieron allá por febrero.
Vista de la planta |
Quizá mi planta no sea el mejor ejemplo para mostrar el tamaño que alcanzan. La especie puede estar en unos 60-75 cm. de alto y a veces superar el metro, pero mi planta necesitará trasplante dentro de unos meses, porque apenas ha llegado a 20 cm. en esa pequeña maceta. El tono amarillento de las hojas también parece indicar que le están faltando algunos nutrientes. También sufrieron un ataque de los gorriones, que picotearon el ápice de los tallos aunque no se ensañaron demasiado esta vez.
Sin duda lo más especial de la planta son sus flores. Crecen grácilmente en espigas y tienen una forma tubular, con la parte inferior, el labio, dividida en dos mitades en forma de alas de mariposa; la parte superior, galeada, es breve y está sobrepasada por los dos largos estambres que tienen el mismo tono escalata de la corola.
Tenemos pues otra de esas plantas sencillas de cuidar que cuando comprobamos lo fácil que fue sacarla adelante desde semilla, hay cierto arrepentimiento de no haber puesto más y tomamos nota para que a la próxima temporada sean más. Mi idea es esa, y sobre todo poder acompañarla de plantas de otros colores donde su explosivo tono rojo todavía resulte más rompedor.
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