viernes, 27 de junio de 2014

Tigridia, salvando un año desastroso

De color rojo, o magenta
Que la temporada 2013-2014 fue una de las más complejas a la hora de preparar las plantas que requieren enterrar y esperar, como las bulbosas y en general cualquier herbácea de semilla, no cabe duda. Que el fracaso fue tan grande como la preparación... bueno, casi que también. Las semilleras se salvan porque a pesar del malgasto de semillas que nunca enraizaron, algo ha habido -y sigue habiendo- en el contenedor y gran parte de las plantaciones en maceta han salido adelante. El fracaso con las bulbosas ha sido mucho más estrepitoso y calculo, sin temor a equivocarme por mucho, que de todo lo que hubo plantado sólo floreció el 10%. Y hablo de floración, no de crecimiento, porque entonces las cifras son más lamentables todavía.

Cuando llegaron a casa los bulbos de verano, los que se plantan en primavera, todavía no me había enterado de que el fracaso se debía a que las escasas lluvias no habían llegado a empapar de manera permanente la parte media e inferior del sustrato del contenedor de los bulbos, lo cual sumado a que no me ocupé de regar a menudo por total ignorancia o exceso de confianza provocó la muerte de gran parte de los bulbos al no encontrar humedad donde enraizar, como si hubieran quedado olvidados en una caja con serrín. Por tanto, en aquel entonces -ya desde principios de febrero- todavía esperaba ver algo y comencé a enterrar bulbos de verano en los huecos que quedaban entre los de primavera. De estos no quedan ni los restos: en aquel entonces me llevé una bolsa de Tigridia y una de Ixia de Alcampo, ambas en mezcla de colores. No queda nada, así como tampoco de las Sparaxis de la misma marca que enterré en octubre.

Amarilla sin marcas
Aún tenía reservado un espacio en una esquina de unos 60x25 cm. para los bulbos más "prometedores" que todavía planté en el contenedor, los cuales ahora mismo podrían provocar un problema con el ritmo de los trabajos de preparación ya que no me gustaría sacarlos antes de que perdiesen las hojas y raíces: les daré de tiempo todo lo posible, pero la cuestión es que debo no sólo retirarlos antes de la plantación de bulbos, que puedo atrasar hasta octubre, sino que este año necesito hacerlo con más tiempo ya que he de desmantelar el contenedor de los bulbos para repartir el contenido en contenedores más pequeños, macetas y demás. Los bulbos suelen ser rápidos perdiendo hojas en verano: así ocurrió el año pasado con los gladiolos. El problema es que junto a las Tigridia hay al menos dos especies que quizá me hagan esperar: Nerine bowdenii, que es de floración otoñal y podría estar todavía verde hasta por lo menos octubre-noviembre, y Habranthus robustus, que es un bulbo de origen subtropical que simplemente crece y florece cuando la temperatura y la humedad son óptimas. Hasta ahora ambas tienen hojas grandes y sanas, pero no se aprecia intención de floración.

Una vista horizontal
Las Tigridia son, por tanto, los bulbos más exitosos de 2014 en cuanto a que se hicieron muy grandes y consiguieron florecer, y lo siguen haciendo, en apenas tres meses. Estas las compré en LIDL porque ya de entrada no me fiaba mucho de aquellas de Alcampo (sólo eran 10 y muy pequeñas) y porque el año pasado las había comprado en Leroy Merlin y no me gustó demasiado el resultado, si bien entiendo que escatimé mucho con los riegos y quizá podría haber ido mejor. Las tuve en maceta únicamente: este año no las puse tampoco todas en el contenedor, pues ubiqué junto al montón de vivaces y perennes de sol una maceta con unos pocos bulbos con  especies de las mencionadas (Tigridia, Sparaxis y Habranthus) que está lleno de hojas pero ningún signo de floración.

Otra sensación positiva con las Tigridia pavonia ha sido que temía no poder verlas en flor por el tema de que duren unas horas abiertas, pero no ha sido así para nada. Aunque parece que sólo son cuatro las plantas que han florecido, ya me he acostumbrado a tener una o más flores abiertas siempre que estoy en la terraza. El pasado martes apareció, además de una roja de gran tamaño, un ejemplar amarillo sin ninguna marca que hasta ahora no sé si fue un fenómeno puntual o se trata de una planta que siempre sacará así las flores.

Llegará el día en que ellas y sus acompañantes tengan que cambiar de casa, pero eso será cuando hayan terminado su ciclo. Ojalá al año que viene sigan igual de espléndidas y puedan florecer a la vez que otras especies en una combinación de lo más espectacular.

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