sábado, 22 de junio de 2013

Viento y tormenta de quita y pon

Arañuela azul celeste
Aunque no ha sido más que un suceso anecdótico, ayer por la tarde la entrada del verano tomó un cariz algo inesperado. Las nubes entraron poco a poco y antes de darnos cuenta, la tormenta se desataba, con rayos, truenos y grandes gotas de agua. Le acompañaba un viento fresco que esparcía el agua por todos lados.

Sin embargo, estos episodios de lluvia, aunque en los últimos años los hemos visto poco, son menos consistentes de lo que su espectacular despliegue pueda hacer creer. Tantas gotas, viento y relámpagos y al final no llegan ni a depositarse 7 mm. de lluvia. En la terraza se queda algún recipiente con una lámina de agua y algunas macetas llegan a mantenerse húmedas, pero en absoluto una lluvia de este tipo en estas fechas permite atrasar el riego un día. Con el calor de hoy y el que pueda hacer mañana, toda esa humedad desaparece y puede dar problemas. Más o menos, necesito una lluvia a partir de 18 mm. o más para poder considerar el no regar un día. Esta semana ha llovido dos veces, ambas en apariencia fuertes pero que al final no han sido más que chaparrones de poca entidad.

Carraspique rosado
El viento es otro asunto. Por las tardes, el levante es constante durante gran parte del final de la primavera y principios de verano. Es el viento que mejor puede "entrar" a la terraza, pues incide justamente por la parte donde menos protección hay, ya que hacia el este tengo otra terraza de la misma altura y un espacio abierto (el resto está rodeado de edificios más altos). Esta misma situación es la que permite que las plantas amanezcan con el sol de cara y tengan la luz que necesitan. Sin embargo, las ráfagas de viento rebotan en la pared oeste y empujan a las plantas hacia delante, que ya se encuentran en esta posición precisamente por apuntar hacia el sol. A algunas no les afecta, pero las plantas altas suelen inclinarse y quedan muy feas cuando el viento sopla varios días seguidos. Además, imagináos las semillas que puedan caer por todos lados: con razón los ageratos salen ya en cualquier maceta.

El problema ya lo tuve el año pasado, y el áster, que creció como un pequeño arbusto, acabó tumbado casi en paralelo al suelo, tapando a las plantas que tenía debajo. Hoy me he dado cuenta que las plantas del comedor con grandes ramificaciones superiores, como los acianos y las Gypsophila, se inclinan peligrosamente con cada ráfaga. Son altas, más anchas por arriba y en esta época hay que sumar que están algo agostadas ya y que el sustrato donde enraizaron ha ido removiéndose cada vez que riego, con lo cual es fácil que acaben tumbadas. Y de las delgadas Coreopsis ni hablemos: tan pronto como se queden sin apoyo, irían al suelo. Al lado, los gladiolos enanos también empiezan a inclinarse: su forma de abanico, el peso de las flores y lo blanda que está la tierra donde los tengo son los factores que hacen que se venzan.

Hippeastrum rojo y blanco
Pero en la visita de hoy también ha habido tiempo para las cosas positivas. He seguido recogiendo semillas de varias especies (tengo un buen montón ya) y he visto a las flores que pondrán su punto de color en los próximos días. Las arañuelas (Nigella damascena) van abriéndose de manera escalonada, y me encuentro ejemplares blancos y celestes con un número irregular de pétalos. La Echinacea purpurea ya muestra sus pétalos, pero han de crecer y quedar colgantes todavía: es una flor grande, como esperaba. A su lado, la sorpresa: la Ratibida columnifera ya muestra su primer capullo. Me alegro de equivocarme cuando pensé que no podría florecer tan pronto. Luego recalculé, viendo lo rápido que estaba creciendo, y esto confirma las sospechas. Claro, es una planta perenne, pero es una hierba de pradera... ¿cómo no va a florecer tan pronto como alcance el tamaño adecuado y las condiciones lo permitan?

Visto el éxito, estoy probando con una especie hermana, la Ratibida pinnata. Las semillas germinan fácilmente en papel de cocina húmedo, pero el verano es mala época para sacar adelante plántulas precisamente por su delicado inicio: si las tapamos con plástico para preservar la humedad, se cuecen. Si las dejamos destapadas, se secan en cuestión de horas porque su raíz apenas queda en la superficie. Así, las dos primeras semillas brotadas que puse en una maceta tapada con plástico el pasado jueves, hoy eran ilocalizables. He puesto otra que había germinado y la he bajado al patio, a ver si funciona: sacar adelante plántulas en una ubicación luminosa sin sol puede funcionar, pues estos días hice una prueba con lino común (Linum usitatissimum) comenzando en el alféizar de la ventana de mi casa y puesto a la sombra en la terraza tan pronto como las plantas comenzaban a inclinarse. De momento la primera semana la han pasado bien.

Gilia tricolor
El verano comienza suave y eso me dejará ver algunas plantas más a pesar de que ya se noten los primeros indicios de decaimiento. Florece un nuevo carraspique (Iberis umbellata), pero esta vez ni es enano ni es blanco, sino que posee flores rosadas y anchas. Entre las plantas altas, unas misteriosas plantas de hojas peludas parece que comienzan a revelar su identidad: veo capullos con brácteas, un centro oscuro y posibles pétalos amarillos... ¡Rudbeckia hirta! En la mezcla de semillas en bote venía su nombre y siempre es una planta que he querido tener, pero temía que no apareciera alguna como ha pasado con otras tantas especies (alhelíes, amapolas de California...). Se abrirán esta semana ya, supongo. Si no fuera esa especie sería una sorpresa aún mayor, porque entonces no tengo ni idea de qué puede ser.

Y me despido de la terraza hoy con un viejo conocido: el Hippeastrum rojo y blanco repite floración, la primera fue algo breve y poco vistosa. Es la fecha más tardía de su historia, pues en años anteriores floreció sendas veces en febrero y marzo en 2011, sólo en abril en 2012 y hasta ahora, la anterior en mayo. Será de las pocas bulbosas que hayan florecido en verano, pues los gladiolos enanos ya van terminando, aunque hoy he visto una vara floral distinta que posiblemente corresponda a un gladiolo abisinio o acidantera (Gladiolus callianthus). No me puedo quejar este año, no: seguro que ha sido el que más flores ha visto de manera ininterrumpida.

Corrección (24-06-2013): La vara floral del gladiolo distinta no era más que un gladiolo enano de flores rojas. A lo visto tengo de dos tipos distintos ya que el aspecto de las flores es muy diferente... y sus espigas también.

No hay comentarios :

Publicar un comentario