sábado, 19 de abril de 2014

Rehmannia elata, exotismo del Lejano Oriente

Rehmannia elata
Muchas veces hay que echar un ojo a los catálogos de semillas en busca de especies curiosas que además de vivir más allá de una temporada, se obtienen fácilmente comenzando desde el principio. Los viveros suelen tener plantas de este tipo englobadas bajo el erróneo nombre -en la mayoría de casos- de "vivaces", cuando lo más adecuado sería llamarlas "herbáceas", término más global ya que no todas tienen una etapa de descanso. Sin embargo, en las tiendas de por aquí es raro que la variedad de plantas sea interesante, por lo que descubrir especies perennes que se dan tan bien desde semilla siempre es un punto a favor, y más económico.

La dedalera china (Rehmannia elata) a la que dedico esta entrada es uno de esos casos. Fácil de obtener desde semilla, muy bonita y además perenne. Se trata efectivamente de una planta procedente de China que en un principio podría considerarse relacionada con las dedaleras europeas (Digitalis) y sus parientes, pero que después de la reclasificación de la familia Scrophulariaceae y la inclusión de gran parte de sus miembros en Plantaginaceae (como los antirrinos y las propias dedaleras), más la creación de nuevas familias, deja a la Rehmannia elata en la familia Orobanchaceae, donde curiosamente es de las pocas especies totalmente "autónomas", ya que la mayoría de miembros de la familia son parásitas o hemiparásitas.

En perspectiva
Visualmente, se entiende que la dedalera china reciba este nombre por su razonable parecido con las Digitalis purpurea: tiene una roseta de hojas anchas y oblanceoladas a ras de suelo y las flores, rosadas, acampanadas y con el interior moteado, cuelgan de espigas que crecen verticales desde el centro de la planta. Pero son bastantes las diferencias: las hojas tienen una consistencia algo más dura, son muy peludas y tienen los bordes ondulados y nervaduras marcadas, recordando quizá un poco más a algunos Verbascum. Las inflorescencias son mucho más laxas, no hay más que verlo en la foto: tres flores separadísimas entre sí, aunque a la planta todavía le faltan por abrir unas cuantas arriba. La D. purpurea las tiene mucho más juntas y en mayor cantidad, así como en pedúnculos más largos: aunque en casa no se han hecho tan grandes, la Digitalis puede llegar a dos metros y la Rehmannia aproximadamente a uno y medio.

Las flores son, sin ninguna duda, espectaculares. La primera impresión que dan es que recuerdan a antirrinos, con sus dos lóbulos hacia arriba y tres hacia abajo, pero con el aspecto acampanado de las dedaleras. Son más grandes que las de éstas y tienen unas cerdas prominentes en el interior, bellamente moteado en una combinación de rosa, blanco y amarillo. De momento llevan sólo media semana, así que no sé todavía cuánto duran.

Vista del pedúnculo
Sobre la historia de la planta en la terraza, de momento es breve pero ha sido tan sencilla que casi no me he tenido que preocupar de ella. Primero las sembré a finales de septiembre, pero debido quizá a que usé un sustrato algo reseco, costaba bastante humedecer la superficie -las semillas son bastante pequeñas- y a duras penas germinaron dos plantas que crecían lentas, alargadas y raquíticas debido al constante movimiento de la maceta para evitar que se secara. Así pues, en noviembre removí la tierra, me aseguré de que quedase bien mojada y repetí la siembra. Esta vez fue mejor, más despacio -si las plantas de septiembre hubieran ido bien, quizá hubiera estado viendo flores en febrero- y, aprovechando la suavidad del invierno, las puse a pleno sol cubiertas con plástico. En enero todavía eran pequeñas plantas con dos pares de hojas verdaderas, pero a finales de marzo se habían hecho grandes y ya se notaba el espigamiento del que saldrían las flores. No la he movido de sitio desde entonces.

Contando con esto, sabemos pues que tiene dos ventajas frente a las Digitalis: crece mucho más rápido, pues los ejemplares de aquélla que tengo sembrados desde verano todavía muestran pocos signos de una futura floración (sólo un ejemplar emitiendo un pedúnculo) y parece ser que toleran la exposición solar sin problema, aunque con la Digitalis quizá me he dejado llevar demasiado por la prudencia y seguramente no pasaría nada por cultivarlas a pleno sol. Parece que la humedad es clave, pues la Rehmannia parece ligeramente menos sensible a la falta de agua que la otra.

Tenemos pues otra de esas especies sencillas que alegran un rincón soleado sin hacer mucho esfuerzo. Las semillas se encuentran sin dificultad en eBay y no suelen ser ni caras ni de las que vienen muy poca cantidad. Un añadido sin duda interesante y bello para cualquier terraza o jardín.

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