martes, 1 de abril de 2014

Lupinos a prueba: un resultado inesperado

Lupinus angustifolius fructificando
Seguir hablando del progreso de los lupinos es algo que hago por pura diversión, pues siempre suelo tener muchos frentes abiertos con otras plantas y no comento mucho sobre ellos, sólo muestro los resultados positivos. Con los lupinos comencé cuando el blog todavía no tenía material actual, hablando de los ejemplares que tuve en 2012 y el reto que encaraba al intentar repetir la proeza desde semilla. No fue del todo bien, porque las plantas se mantuvieron a duras penas y en verano estaban tan maltrechas que las arranqué justo a punto de morir del todo.

El mismo 2013 arranqué de nuevo y como sospechaba de los gustos de los lupinos con el sustrato, los sembré antes (en agosto-septiembre) y en turbia rubia, sustrato más ácido en el cual crecieron rapidísimo y no han amarilleado ni una sola vez. Ahora mismo -hablo de los lupinos híbridos- están detenidos, verdes aún, pero con unos brotes sin crecer que me recuerdan a la fase de descanso que tienen algunas plantas. Quizá más adelante reemprendan su ciclo, pero me tienen algo extrañado. Desde luego, al ritmo que iban, esperaba que floreciesen esta primavera. Veremos si es posible.

Paralelamente a aquello sembré lupinos de hoja estrecha, Lupinus angustifolius. Como los venden para cultivo nitrificante de suelos, no me compliqué y usé sustrato normal, el de menor calidad. Las plantas crecían aparentemente bien pero a partir del segundo par de hojas empezaban a ponerse amarillos, arrugados y morían como si les hubiesen echado veneno. Así pues, cambié rápido de estrategia y sembré unos cuantos en turba rubia también. Se atrasó la cosa y estos los planté en noviembre-diciembre, pero empezaron a funcionar correctamente y han tenido tiempo suficiente para llegar a la floración primaveral. Son anuales, y por tanto más rápidos.

Ahora viene lo extraño. Quedaron cuatro lupinos en tres macetas, pero murieron un par y han quedado dos en una maceta cada uno. A finales de febrero ya se adivinaba en el mayor de ellos la aparición del pedúnculo con los botones florales, así que el objetivo estaba a punto de ser conseguido. Floreció, sí, pero no quiso enseñar las flores; a los pocos días, los pétalos ya no estaban y se intuía un fruto, una vaina, creciendo. Había madurado sin abrir sus flores.

Este fenómeno se conoce como cleistogamia. La planta desarrolla flores, pero no se abren y por tanto no permiten la polinización cruzada, se fecundan a sí mismas. Esta autopolinización ocurre en muchas plantas, que aceptan su propio polen, el cual se deposita en los órganos femeninos por el viento o cualquier otro movimiento. En la cleistogamia, sin embargo, no hay otra opción ya que los órganos reproductores no quedan expuestos nunca. Hablando claro de mi decepción, adquirí la especie por sus flores moradas y no he podido disfrutar de ellas. Sin embargo, las legumbres, como se ve en la foto, sí se están desarrollando.

No tengo ni idea de si esta cualidad viene seleccionada exclusivamente para estas plantas que se venden como "abono verde", pero de ser así tengo todo un paquete de semillas del que no voy a ver flores. No sé si las semillas que me dé esta planta tienen alguna posibilidad de que desarrollen plantas normales que hayan perdido esta cualidad, cosa que se me antoja complicada teniendo en cuenta que la planta se ha fecundado a sí misma. Si son una copia totalmente idéntica, no hay nada que hacer.

Tocará esperar, pues pienso sembrar estas semillas resultantes con la pequeña esperanza de que alguna consiga abrir sus flores. Por otra parte, he obtenido semillas de otra especie, Lupinus hartwegii, que venían en una mezcla de semillas. No he encontrado mucha información sobre ellos al respecto, pero ya tengo una semilla germinada que enterrar y que espero que me dé la información que busco y por qué no, la posibilidad de introducir a largo plazo otro tipo de lupino entre mis plantas.

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